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Término de Miranda, recuperando la tradición del chacolí

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La historia de Miranda de Ebro y sus alrededores ha ido ligada a muchos acontecimientos y tradiciones cuyo resultado es la sociedad actual. Las fronteras y demarcaciones surgieron tiempo después obviando las delimitaciones naturales, sociales y culturales. Una injusticia ya enquistada en nuestro
Término de Miranda, recuperando la tradición del chacolí

La historia de Miranda de Ebro y sus alrededores ha ido ligada a muchos acontecimientos y tradiciones cuyo resultado es la sociedad actual. Las fronteras y demarcaciones surgieron tiempo después obviando las delimitaciones naturales, sociales y culturales. Una injusticia ya enquistada en nuestro modelo geopolítico que no en nuestra vida y sentir cotidianos.

Al igual que un río no conoce dueño ni frontera y transita libre, no en todos los casos, “al campo no se le pueden poner puertas” dice Koldo Madariaga. Yo añado que “no se le deben”.

Desde hace algunas décadas ha despertado y resucitado una creciente actitud por recuperar las tradiciones y conocer el pasado. Síntoma de inquietud por parte de una sociedad que no se deja arrastrar por los cánones de la vida actual, porque “de aquellos barros, estos lodos”.

La zona que comprende el valle del Ebro y su extensa comarca -sin limitaciones geopolíticas- es un área rico para la agricultura y por supuesto la vitivinicultura. Labor practicada desde tiempos inmemoriales y no voy a ser yo quien venga a confirmar esta verdad consagrada.

Una de estas tradiciones es el chacolí, que como el río y el campo no es, ni debe ser patrimonio de nadie. En este caso no hay que remontarse mucho tiempo atrás para que vengan frescas a la memoria muchos momentos relacionados con este caldo joven. Negar o querer negar que La Bureba, La Rioja, Miranda de Ebro, El País Vasco y el valle de Losa, por centrarme un poco, era muy arraigada la plantación, recolección -vendimia- y producción de chacolí (como quieran escribirlo) es negar una parte de historia, es decir una necedad.

De esa rica tradición aún permanecen imborrables los vestigios como Chamorro, Pildorita, Limaco, Samuel y tantos otros. No hay que negar que la sociedad avanzó en esta zona hacia otros ámbitos dejando de lado –que no olvidado- el chacolí concentrándolo en pequeñas explotaciones que sin olvidar el origen casero, porque así era el chacolí de ‘casa’ elaborado en casa para beberlo en casa, en las tabernas, etc…

Hoy en día esta bebida copa la actualidad informativa si saber muy bien el porqué, algunos lo achacan a la falta de noticias y el gusto amarillista que dispensan algunos medios para tomar este tema como caballo de batalla en defensa del ‘arraigo’ y que pudieran esconder otros intereses más sombríos. Randolph Hearst –en la que se basa Ciudadano Kane- lo hizo con la guerra de Cuba y lo consiguió.

Pero olvidemos cualquier intento de polemizar y centrémonos en este proyecto el cual se lleva gestando varios años y aún se gesta, porque la presentación en sociedad de Término de Miranda no es más que la pica visible de una labor bien pensada, bien orquestada y que mira al futuro con optimismo y eso en los tiempos que corren es decir mucho.

El trabajo se está desarrollando en varias fases destacando la recuperación de las viñas que existen y que existían anteriormente y promover la plantación hasta cumplir el objetivo para 2011 de producir 6.000 kilos de uva y se ubicará la explotación de unas 4.000 botellas en El Espino, Santa Gadea del Cid.

En esta ocasión se han dado a conocer dos variedades de producto, en blanco y Rosado que los expertos María Cruz Ayala Ibáñez y Alberto Mora Araico han elaborado en esta primera ocasión. Dos chacolís fruto del tesón y del intenso trabajo de un grupo importante de personas involucradas en recuperar una parte de la historia, en recuperar una producción y en apostar por una alternativa empresarial como contrapartida a los efectos de la coyuntura económica y generar riqueza y empleo. Y sólo por esto dicho, alcemos nuestras copas y brindemos ¡Por muchos años Término de Miranda!

Chacolí Blanco (2010-11,5%)

Es un vino elaborado a partir de uvas de la variedad Viura. El mosto realiza la fermentación alcohólica en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada (máximo 18ºC) durante 15 días. Tras un periodo de reposo en depósito sobre lías, es trasegado. Sometido a un proceso de clarificación natural, el vino se embotella para su posterior salida al mercado. 

De color amarillo pálido con tonos verdosos, limpio y brillante. En nariz presenta aromas varietales afrutados e intensos, manzana con matices cítricos. En boca es fresco y vivo con notas ácidas perfectamente ensambladas en el conjunto. La sensación final con un punto ácido es agradable.

Servir entre 8-10 ºC

Chacolí Rosado (2010-13%)

Es un vino elaborado a partir de uvas de las variedades Tempranillo, Garnacha, Viura y otras de la zona. El mosto realiza la fermentación alcohólica en depósitos de acero inoxidable a una temperatura controlada de 15 a 18ºC durante 15 días.

De color rosa, limpio y brillante. En nariz presenta aromas varietales, francos e intensos, con notas a frutas rojas y algún toque cítrico. En boca es redondo, goloso y conjuntado. Paso de boca glicérico presentando una acidez agradable y bien integrada. Muy equilibrado, vivo, con notas ácidas perfectamente ensambladas en el conjunto. La sensación final nos resulta agradable con excelentes recuerdos de aromas frutales.

Servir entre 8-10 ºC

Para ver las imágenes de la elaboración del pinche proyecto aquí.

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