Chile ha recuperado cuatro momias precolombinas que estaban en posesión de un coleccionista suizo. Dos de ellas son de la época de la cultura Chinchorro, que duró entre el 7.020 y el 1.000 a.C., lo que las convierte en las más antiguas del mundo. Está previsto que lleguen al país a principios de febrero, según informa el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (CMN).
Las momias habían sido oficialmente entregadas al embajador de Chile en Suiza, Enrique Melkonian Stürmer, en el marco de una ceremonia solemne que se celebró en el Museo de Etnografía de Ginebra.
El Servicio Especializado de Transferencia Internacional de Bienes Culturales del Ministerio Federal de Cultura de Suiza se dedicará a transportar las momias a Chile. Una vez en el país, el tesoro histórico será destinado al Museo San Miguel de Azapa de la Universidad de Tarapacá para un análisis más detallado, así como su mantenimiento adecuado y estabilización, según informa el CMN.
De acuerdo con el informe arqueológico, una de las dos momias Chinchorro es de un bebé: en el mundo hay muy pocos ejemplares de este tipo. El segundo cuerpo pertenece a un adulto y lleva pinturas típicas y una piel de camélido. Los arqueólogos comentan que las dos momias entregadas se encuentran en un estado regular.
La cultura Chinchorro fue anterior a los incas. Habitaba el Desierto de Atacama, en el norte de Chile, y era pescadora. Su sistema funerario de momificación artificial consistía en desarmar los cuerpos y retirar las vísceras para después rellenarlos de nuevo embalsamados con trozos de madera que servían de unión, así como un palo que recorría su columna por fuera y servía como sujeción. Les ponían, además, pelucas de pelo natural.
El proceso de repatriación comenzó a finales de 2010, cuando el Gobierno suizo se puso en contacto con las autoridades chilenas e informó de que un coleccionista privado anónimo había donado las cuatro momias al país andino.
El proyecto de conservación y protección de las momias Chinchorro en el Museo de la Universidad de Tarapacá será financiado por la empresa distribuidora de combustible Shell S.A. Lo peculiar del hecho es que no se trata de un acto de buena voluntad.
A principios de esta semana la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Chile, tras unos 5 años de juicios, sentenció que la empresa tendrá que pagar una multa de 120 millones de dólares estadounidenses por haber causado un daño severo al medio ambiente. En 2004 hubo un escape de combustible líquido diesel desde unos estanques de almacenamiento operados por Shell, contaminando el suelo y subsuelo de la planta y por ende las napas de agua subterráneas del balneario de Las Petroleras en la ciudad de Antofagasta. Las autoridades chilenas destinarán el total de la multa pagada a financiar el proyecto de las momias Chinchorro.