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La transición de 1990, a través de los retratos de Borís Yeltsin

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La década de 1990, tiempo de transición y grandes conmociones para Rusia, será representada en fotografías en la muestra ‘Borís Yeltsin y su época’, que coincide con su actual 80º aniversario. Hasta el 13 de marzo, el museo Multimedia Art retratará la personalidad de quien cambió la imagen del pa
La transición de 1990, a través de los retratos de Borís Yeltsin

La década de 1990, tiempo de transición y grandes conmociones para Rusia, será representada en fotografías en la muestra ‘Borís Yeltsin y su época’, que coincide con su actual 80º aniversario. Hasta el 13 de marzo, el museo Multimedia Art retratará la personalidad de quien cambió la imagen del país y, al mismo tiempo, la primera década de este cambio.

“Aquí se puede ver nuestra historia desde muy cerca: lo que construíamos y a lo que se aspiraba entonces. Esto ayuda entender mejor adónde tenemos que ir luego”, destacó la directora del museo, Olga Svíblova.

La muestra está compuesta por más de 400 fotos, provenientes de archivos privados y agencias de información. A la vez, hay unas 20 pantallas que transmiten crónicas televisivas, programas de autor y shows de aquella época. Las fotos muestran tanto los emblemas del momento como al mismo líder ruso. Así, se pueden ver las imágenes de las primeras casas de los nuevos ricos en la prestigiosa región de la carretera Rublióvskoe, los primeros negociantes en algo así como sacos, los cupones de privatización, las colas de varias horas para el primer McDonalds, los mostradores vacíos de las tiendas, las manifestaciones en apoyo a Borís Yeltsin o, al revés, al régimen soviético, las muestras de moda y los pasaportes de las repúblicas soviéticas, atravesados por las barras de hierro de las barricadas.

Y detrás de todo esto, la figura de una persona cuyo nombre ahora se vincula a toda una década. Las fotos de protocolo sobre los momentos clave de la vida política estatal, tanto interior como exterior, se mezclan con los de la vida privada del primer presidente ruso. Así se ve en las imágenes que recorrieron todo el mundo: Borís Yeltsin en el tanque al lado de la Casa Blanca, la Casa Blanca negra por el incendio, Yeltsin y Bill Clinton riendo en la conferencia de prensa, Yeltsin en una pista de tenis, Yeltsin en el funeral de su madre, sufriendo su dolor sin prestar atención a las cámaras.

Según la directora, a pesar de que pasó muy poco desde aquel tiempo, éste es el momento más oportuno para reconsiderar la época de 1990, que cambió para siempre a los rusos, habiéndoles regalado nuevas posibilidades y más libertad.

Una de las increíbles libertades -que ahora provoca la nostalgia de algunos críticos del régimen actual- es la de palabra. Por eso, no es casual que muchas fotos estén expuestas con periódicos de aquella época como fondo, marcando el boom periodístico de los medios independientes. Mucha gente tapa con periódicos las paredes, ventanas o el suelo cuando hace una refacción, y a esta asociación también apostaron los organizadores, destacando que la década de Borís Yeltsin es un periodo de reparación y replanificación permanente, tanto en la escala geopolítica, como en la social.

Un observador del periódico ‘Vlast’ destacó que, a partir de las fotos de aquella época, se puede decir que “el tema principal de los 1990 es el exceso y la escasez de dinero en los diferentes niveles sociales. Los medios de comunicación ya no sufrían la censura, sino que recibían su formato de acuerdo al dinero y su poseedor. Así, los héroes principales de las revistas ya no eran los 'antioficiales', los que estaban en contra del régimen, sino los políticos y negociantes, que en los 90 se rodeaban de artificio frente a las cámaras. Mientras, los mismos artistas y músicos se convirtieron en personal de servicio para las campañas electorales, por ejemplo en 1996, bajo el slogan 'Vota o fracasarás'”.

En una de las fotos de dicha campaña, el líder ruso aparece actuando fuera del protocolo: baila en un escenario con un cantante ruso. Según el director del Centro Yeltsin, Alexánder Drosdov, al primer presidente ruso le gustaría la exposición: “lo aceptaría con una actitud inspiradora. Siempre fue un hombre vivo y chistoso, aunque no le gustaba fotografiarse”. Lo mismo confirma el fotógrafo personal de Yeltsin, Dmitri Donskoi, recordando que éste no sabía posar frente a las cámaras, si bien nunca intervenía en el proceso de la toma de fotografías. Esto tal vez hizo que esta exposición dejara para el público una antología por demás 'personal'.

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