La novena edición de la muestra y el rally de los vehículos clásicos en Moscú ha demostrado que los bólidos vintage nunca pasarán de moda en el mundo entero. Uno de los más admirados fue un Packard de 1934, pero desfilaron más de un centenar de coches de época por las calles de la capital rusa para conformar, después de esta preselección, una exhibición improvisada en pleno centro histórico moscovita.
Pocas horas más tarde una señalización con la bandera habitual dio inicio a la carrera de 30 kilómetros que tuvo su punto final en el lujoso poblado de Barvija, foco de casi toda la élite moscovita. Allí mismo el patrocinador del rally, la empresa Chopard, entregó a los ganadores sus premios: unos cronómetros de diseño que también son unas auténticas reliquias. Un premio especial fue para “la mejor tripulación femenina”.
Ciento veinte equipos participaron este año en el rally. Como los carros de la década de 1970 también son considerados como clásicos, han sido admitidos para participar en la carrera, pero fuera de la prueba general. El jurado opinó que no pudieran competir con los vehículos más antiguos: por supuesto, no por ser más rápidos, sino por tener un aspecto de menor valor estético.