Un niño de 9 años se convierte en el piloto más joven de un aerostato

Un niño de 9 años que vive con su familia en Albuquerque, Nuevo México, se ha convertido en el piloto más joven de un globo aerostático. Hijo de dos aeronautas experimentados, Bobby Bradley despegó este sábado desde una desértica zona en el centro del Estado y aterrizó unos 25 minutos más tarde, aplaudido por un numeroso colectivo de apoyo.

Troy y Tami Bradley, el padre y la madre, recibieron sus permisos para realizar vuelos en globo a los 16 y 17 años, respectivamente. Los dos ganaron en 1998 la carrera de globos America's Challenge. Troy tiene varios récords mundiales registrados y destacados logros en la exploración de los cielos. En particular, asistió al piloto del primer globo que cruzó el Océano Atlántico desde Norteamérica rumbo a África. Ambos se dedicaron a preparar a su hijo para el actual vuelo desde hace varios años, de tal modo que él ya tenía unas 30 horas de pruebas de pilotaje, en las que siempre le acompañaba su padre.

Por no poder conseguir para Bobby el permiso de piloto antes de que cumpla los 16 años, la familia decidió montar un globo de aire caliente más pequeño de lo normal, para que no fuera calificado como una aeronave ultraligera por las autoridades, con el fin de que las mismas no se opusieran al vuelo. Los últimos días la familia estuvo practicando despegues y aterrizajes, mientras que el aerostato permanecía atado a la tierra.

Varios medios de comunicación estadounidenses han asemejado esta historia con la de otro niño, Falcon, cuyos padres alertaron en 2009 a las autoridades de Colorado, que pensaban que el chico volaba en un globo a la deriva, mientras éste estaba escondido. Pero en aquel entonces esa noticia resultó ser falsa, mientras que el acontecimiento protagonizado por Bobby ha sido totalmente real y —lo más esencial— bien preparado.

Pese a la corta distancia transcurrida, la experiencia de Bradley se sumó a los precoces récords del californiano Jordán Romero, quien subió el monte Everest con 13 años, y la australiana Jessica Watson, que en solitario dio la vuelta al mundo en un velero en siete meses, a los 16.