En el concurso de documentales del Festival Internacional de Cine de Moscú 2011, los cineastas Filip Remunda y Vít Klusák compiten con ‘Czech Peace’, una cinta que narra cómo una minúscula aldea checa llamada Trokavec luchó contra la OTAN.
En 2007 Praga y Washington acordaron que en el marco del sistema de defensa antimisiles de la OTAN uno de los radares multifuncionales estadounidenses sería colocado en territorio de República Checa, en concreto en la localidad de Trokavec, momento a partir del cual los lugareños lanzaron una campaña de protesta. En septiembre de 2009 el presidente Barack Obama informó que abandonaba el proyecto.
Durante los tres años de negociaciones entre Washington y Praga, Remunda y Klusák siguieron detrás de la cámaras el desarrollo de la situación. Los protagonistas de su crónica son los políticos checos, George W. Bush, Condoleezza Rice y los 80 habitantes de Trokavec involucrados en el movimiento contra el radar.
Filip Remunda compartió con RT más detalles sobre su documental:
- Sabemos que la mayor parte de los políticos checos apoyaba la idea de acoger el sistema antimisil de la OTAN. ¿Por qué no lograban convencer a sus ciudadanos?
- La mayoría de los políticos, los que apoyaban el proyecto, argumentaban que nuestra defensa quedaría garantizada para siempre si los estadounidenses metían un pie en nuestra tierra. Lo curioso es que este pie iban a plantarlo en el mismo lugar del mismo bosque donde hacía 20 años había una base militar soviética.
Pero al mismo tiempo también existía un movimiento muy fuerte de activistas que pensaban que si EE. UU. colocaba su base militar en la República Checa, esto causaría una tensión internacional que podría desembocar en la Tercera Guerra Mundial o en una nueva Guerra Fría.
En cuanto a la población en general, entre el 60 y el 70% estaba en contra de la base estadounidense.
No tenemos una ley sobre la celebración de referendos a nivel nacional y por eso la gente que estaba en contra del radar quería que el Parlamento aprobara una ley que amparase el derecho de los ciudadanos a expresar su opinión a través de un referendo.
Pero los políticos se opusieron. Argumentaron que un referendo no es un instrumento adecuado en casos de este tipo. Dijeron que las cuestiones de Defensa, de impuestos y de pena de muerte no son apropiados para un referendo porque el pueblo votará a favor de la pena de muerte, a favor de la bajada de impuestos bajos y contra de los gastos en Defensa.
- ¿Qué fue lo que decidió finalmente la suerte de la base militar?
- Creo que se trató de una situación muy típica para un pequeño país de Europa Central. Nosotros podíamos haber montado hasta una guerra civil en las calles, pero finalmente fueron Obama y Medvédev quienes se pusieron de acuerdo y firmaron el START. Negociaron y Obama dijo que no habría base en la República Checa. Ahora se está construyendo una en Rumania.
Pero no creo que toda esta actividad de los checos sea desdeñable. Dilató el tema de las negociaciones entre Praga y Washington hasta que se produjo un cambio de poder en la Casa Blanca.
Es muy importante para cualquier sociedad que la gente se muestre activa para saber qué hacen los políticos. Es como una especie de control del pueblo sobre la autoridad.
- ¿Lo que vemos en su documental, es todo real, o hay un elemento de ficción?
- Nosotros no hemos intervenido de ningún modo en la situación. Sólo estábamos detrás de las cámaras.
Empezamos a rodar en 2007, cuando el movimiento ‘anti-radar’ en Trokavec ya había cogido forma. Cuando empezamos, no estábamos seguros de si se podría hacer un filme a partir de este material. Pero cuando llegamos a la aldea y vimos todo el absurdo de la situación, decidimos dedicar unos años de nuestra vida a este tema.
El trabajo nos llevó tres años. El estreno mundial de ‘Czech Peace’ tuvo lugar en 2010, en el festival de documentales Traverse City Film (EE. UU.).
- ¿Como reaccionó el público estadounidense a su cinta?
- Antes de ver ‘Czech Peace’, los estadounidenses ni siquiera eran conscientes de que existera este problema. Resultó que sobre el tema sólo hablaba el Gobierno.
- ¿Y los protagonistas de su obra, la gente que filmaron, han visto el resultado final?
- Sí, por ejemplo, el alcalde de la aldea. Creo que a él le gustó. Pero cuando la televisión checa mostró nuestro documental, nos mandó un e-mail, donde decía que la versión, que es 20 minutos más corta, no le había gustado nada. Resultó que fueron cortadas varias escenas, en su mayor parte de manifestaciones y él quería que el documental sirviera de propaganda para su movimiento ‘anti-raradar’. Pero nosotros no hacemos filmaciones propagandísticas.
- ¿Cuál es su siguiente proyecto?
- Vít Klusák y yo hemos ofrecido a la televisión checa una serie de documentales que quisiéramos grabar durante el año próximo, el 2012, que -según predicen- será el del fin del mundo. Aquí, en la República Checa, ya tenemos un Apocalipsis local con la corrupción. En 2012 creo que habrá un colapso total.
Queremos lanzar 12 cintas que describan nuestro punto de vista personal y subjetivo de un año en la vida en la República Checa y que relacionen política, arte, ciencia y sociología.
Además, querría hacer también un proyecto sobre la historia de mi familia. Es muy interesante, de verdad. Resulta que una parte de mis parientes reside en Argentina. Después de la Segunda Guerra Mundial, el hermano de mi abuela se fue a París. Trabajó allí un año, ahorró dinero y se fue a Argentina. Quería trabajar allá y volver luego a su patria. Pero nunca sucedió.
Hace unos años encontré en Internet a sus hijos, Maira y Jorge Vicus. Vivían en Villa Carlos Paz, en Córdoba, y fui a verles a ellos y a mis primos.
Creo que sería muy interesante trazar paralelismos históricos entre las dos partes de una familia dividida. Checoslovaquia durante ese tiempo vivió la Primavera de Praga y la Revolución de Terciopelo, mientras que América Latina sufrió numerosos golpes de estado.
Marina Mash, RT