Homenaje al director de los "juglares académicos"
La Orquesta Nacional Académica Rusa de Instrumentos Folclóricos de Osipov, conjunto con 90 años de trayectoria, rinde homenaje a uno de sus directores más célebres: Nikolai Kalinin. Se celebrarán los 65 años del nacimiento del legendario director, fallecido hace 5 años, invitando a un gran abanico de destacadas personalidades. Kalinin “dibujaba” cuadros musicales con su batuta y esta noche en la Sala Chaikovski, los músicos le homenajearán con flautillos, chicharras, balalaikas y "bugais", instrumento parecido a las zambombas.
Los juglares fueron los mejores músicos del pueblo después de los pastores. Como músicos itinerantes en toda Europa, los juglares rusos no solo recogían melodías para bodas, funerales, nacimientos o fiestas rurales, sino que también se conocían como brillantes cuentistas. Organizaron obras teatrales llenas de sátira y humor, razón por la que fueron perseguidos por la iglesia y la nobleza.
En la actualidad las melodías e instrumentos usados por estos músicos están preservadas en la grabación “Antología de la Música para Orquesta de Instrumentos Folclóricos Rusos”. Ésta fue grabada por primera vez por Nikolai Kalinin.
Entre las obras musicales interpretadas en el concierto-homenaje a Kalinin estarán piezas como Komarinskaya (Un Aire Bailable), “Los bailes de juglares” de la ópera “Blancanieves” de Rimski-Korsakov, romanzas, “Buhoneros” y otras. Muchas obras musicales reflejan la belleza y la naturaleza del carácter ruso de tal manera que hasta podría decirse que llegan a materializarse en la imaginación mientras uno las oye.
Les proponemos escuchar los episodios de este concierto en nuestro video relacionado y con comentarios en subtítulos sobre los instrumentos nacionales y los artistas.
Más – El más místico de los juglares rusos
El juglar ruso más famoso fue un héroe de las canciones épicas de este país: el cantante profesional Sadkó, conocido como “el visitante del comercio” de Nóvgorod la Grande. Con su maestría en el manejo de los gusli*, conquistó al reino submarino, incluyendo a su mismísimo zar y a su bella hija Voljova. Según la leyenda, la alegría y los bailes de los habitantes submarinos fueron tales que la tormenta desencadenada en la superficie del mar causó enormes daños a los ciudadanos de la superficie. La aparición de un viejo bogatyr (héroe guerrero de los cuentos rusos) obligó al zar marino a liberar a Sadkó, y a la zarina Voljova a convertirse en un río, en el mismo terreno en el que la gente se veía obligada a arrastrar las barcas entre dos lagos. Desde aquel momento se dice que el mítico juglar abrió las rutas para las barcas desde Nóvgorod la Grande a los países lejanos.
La historia de Sadkó está inmortalizada por el compositor ruso Nikolai Rimski-Korsakov en su ópera homónima.
*Gusli: Antiguo instrumento ruso. Contiene de 11 a 36 cuerdas. Los músicos lo tocan pellizcando las cuerdas con el insturmento apoyado en las rodillas.
Más – Tendencias folclórico-orquestales
En Rusia existe un movimiento que emplea orquestas de instrumentos folclóricos rusos dándole a sus creaciones forma de música moderna. Lo siguen varios compositores, directores y músicos folclóricos, y tanto intérpretes como compositores buscan versionear las obras clásicas. Lo hacen en la esfera de la sinfonía, revisando toda la experiencia musical del folclore, uniendo las tradiciones de la música europea con las nuevas ideas experimentales. Esta síntesis se está presentando en muchas obras, entre ellas “Los vientos del tiempo” para orquesta y voz folclórica, de Vladimir Beliaev o “El siglo mío, la bestia mía” basada en versos de poetas del siglo XX y compuesta por Vladimir Rubin para ser interpretada por bajo y orquesta folclórica.
Lo que sí se mantiene siempre son los rasgos típicos de la sinfonía rusa: la unión de épica y lírica, la melodiosidad, la fijación por los problemas de la eternidad humana, los conceptos optimistas, las melodías simples de recordar, las imágenes colectivas, la unidad del desarrollo emocional de las imágenes y nuevas entonaciones. Muchos de estos rasgos fueron establecidos por compositores como Mijaíl Glinka, Nikolai Rimski-Korsakov o Alexandr Borodín. Estas carácterísticas determinan la autoctonía y originalidad de la sinfonía rusa para las orquestas folclóricas.
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