El telón único adornará el mayor escenario de Rusia. La reproducción del telón histórico del siglo XIX recibirá a los espectadores y al primer conjunto extranjero en el Bolshoi después de su restauración.
Es sorprendente pero el telón gigantesco creado en el siglo XIX desapareció de la faz de la tierra después de emplearse durante casi 50 años. Un equipo de historiadores y diseñadores teatrales han resucitado la imagen de la imponente tela sin costuras basándose sólo en una foto del museo teatral y un grabado de 1859.
Se trata de un lienzo pintado por el artista italiano Cosroe Dusi. Mostraba uno de los eventos más importantes de la historia rusa: la llegada de los príncipes libertadores Minin y Pozharski a Moscú tras salvar a la capital de la invasión de los polacos. En el telón se ve el momento de su entrada a caballo en el Kremlin. El acontecimiento histórico está encuadrado por un exótico ornamento de oro en un fondo rojo y verde. Después del cambio por un telón nuevo, éste desaparició a principios del siglo XX.
Lo más difícil para los pintores fue encontrar la verdadera versión del telón, ya que había muchas diferencias entre la foto y el grabado. Los expertos quisieron añadir veracidad histórica a la imagen, especificando detalles en la ropa. Por ejemplo, los vestidos de las mujeres son algo raros. En vez de llevar el vestido nacional ruso, “sarafan”, aparecen con vestidos entallados al estilo italiano. Armaduras, sillas de montar y fragmentos de arquitectura no reflejan fielmente el año del evento, 1612. Pero para aproximar al máximo la versión nueva al original los cambios fueron sólo los necesarios y mínimos.
En lo que se refiere al ornamento que encuadraba la imagen, el jefe de los pintores del Bolshoi, Aliona Pikalova, comenta que era ilógico y lleno de acertijos, no tenía análogos y ni sguía las tradiciones de una determinada escuela de arte. Como la estampa y la foto no dejaban examinar la imagen escrupulosamente, Aliona leía los documentos de contabilidad. El registro de las obras y materiales pagados permitió deducir que partes del ornamento fueron realizadas y cuáles se dejaron en el diseño.
Ambos telones, tanto el del siglo XIX, como el nuevo del presente siglo, se basaron para su realización en consultas con historiadores. Hubo que buscar en los museos del Kremlin, hasta encontrar el ladrillo de aquel tiempo para poder averiguar el verdadero color de la fortaleza en aquella época.
El telón de gala tiene 17 metros de altura y 24 de ancho. Para poder apreciarlo en toda su belleza será necesario contemplarlo bajo luces que proyecten una gama de colores suaves.
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Los arquitectos de todos los tiempos consideraban el telón como la cara del teatro, por lo que trataban de crear un lienzo singular y extraordinario. La moda de reflejar en el telón principal del teatro los eventos históricos de la ciudad llegó a Moscú de Italia en el siglo XIX. De este modo se crearon “Las vistas de Moscú desde las montañas Vorobievi”, “El festejo de las musas”, los acontecimientos de las revoluciones: cuatro lienzos durante su historia de casi 200 años.
En 1918 el pintor Alezandr Benua, que trabajaba con el fundador de los “Ballets Rusos en Paris” Serguei Diagilev, así como el destacado pintor ruso Apollinari Vasnetsov junto con otros homólogos ilustres competían por ser el autor de un telón conforme al espíritu revolucuionario.
Pero después de la revolución de 1917 que llevó al establecimiento de la Unión Soviética se creó la obra de arte más genuina: el telón de seda, cuya configuración se basó en los trabajos de los diseñadores teatrales Fiodor Fedorovski y Mijail Petrovski. Pesaba 1,5 toneladas y su tamaño fue 500 metros cuadrados. Tenía el escudo y las letras “CCCP” (la URSS) fueron bordados de oro.
En vez del telón envejecido y obsoleto los diseñadores teatrales han propuesto un telón que vincula el pasado y el futuro a través de la historia del teatro y de Rusia en general. Revelando al espectador el mundo del arte en el escenario, este telón abrirá una nueva página de la vida del reconstruido Teatro Bolshoi.