El pintor holandés Vincent van Gogh pudo haber muerto como resultado de un accidente y no de un suicidio como se pensaba antes.
Una biografía escrita en el Reino Unido por Steven Naifeh y Gregory White Smith sugiere que un joven conocido del pintor le dio muerte accidentalmente al jugar con una pistola.
Van Gogh, quien tuvo problemas mentales y de ansiedad a lo largo de toda su vida, murió a sus 37 años en 1890. Según la versión popular, Van Gogh se disparó en el pecho con un revólver en las afueras de París, falleciendo dos días después.
No obstante, los autores estadounidenses aseguran haber encontrado nueva evidencia sobre este hecho que sugiere que el causante de su muerte fue un adolescente ebrio que jugaba con una pistola. Justifican esta teoría porque nunca se encontró la pistola con la que el artista suspuestamente se suicidó. También resulta dudoso que haya podido recorrer solo más de un kilómetro y medio hasta el hospital más cercano.
Cuando le preguntaron si había intentado cometer suicidio, el pintor respondió: “Si, así es".
Pero los autores afirman que Van Gogh prefirió no acusar al joven que le disparó porque no quería que lo castigaran y ya se había resignado a morir.