Metamorfosis brasileñas a través del cine
¿En qué momento el simple gesto deja de ser una mera realidad y pasa a convertirse en un mágico movimiento teatral? ¿Cuál es la otra cara de la elitista región de Copacabana en Río de Janeiro? o ¿las “rayas de coca” otorgan la fama y el placer deseado o esto es sólo la mitad de la verdad? Todos estos temas llegaron a Moscú con el Segundo Festival de Cine Brasileño. El programa está repleto de ejemplos de metamorfosis personales y de la sociedad —muestras explícitas del Brasil moderno— según explica el organizador del festival.
15 cintas componen el Segundo Festival de Cine Brasileño en Moscú y muestran Brasil a través los ojos de los directores de dos generaciónes, entre ellas la comedia filosófica “Copacabana”; “Entreactos”, acerca de los 30 últimos días de campaña electoral presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva; las comedias “Bossa Nova” y “A Mulher Invisível” (La Mujer Invisible).
La película documental “Nelson Freire”, obra de Joao Moreira Salles, trata acerca de un niño prodigio de una provincia brasileña que logró convertirse en patrimonio cultural para el país. La cámara recorre su vida e interpretaciones en Brasil, Francia, Bélgica y Rusia, siguiéndolo en su camino hasta convertirse en un destacado pianista. Como suele ocurrir en estos casos, la música de Rajmáninov o Villa Lobos, y de autores tan románticos como Brahms, Schumann y Chaikovski, subraya los cambios dramáticos de la trama y enriquece el retrato del músico que continúa su carrera musical hasta nuestros días.
El otro “camino”—o mejor dicho, “caminito en la mesa”— de la cocaína, convierte a un narcotraficante en un exitoso productor y compositor; la segunda metamorfosis en la cartelera del festival. Un niño de una familia acomodada crece y comienza a organizar estruendosas veladas para esconder la venta de drogas. Al llevar su negocio a nivel internacional, Johnny es encarcelado y decide replantearse su papel en la sociedad.
El protagonista de “Meu Nome Não É Johnny” (Mi nombre no es Johnny), João Guilherme "Estrella", sigue con vida y, como aseguran los creadores de este docudrama, ya dejó de consumir drogas. El hecho de que viole el primer mandamiento del héroe de Al Pacino en "Caracortada" (nunca uses tu propia cocaína) es la parte del drama en donde los autores son más cuidadosos con el protagonista cortés y ordenado, el alma de la fiesta.
Estamos acostumbrados a situaciones en las que la pobreza y la narcodependencia, junto con la ausencia de leyes, provoca la creación de películas sobre criminales irreductibles, armados hasta los dientes. Este film es una alternativa. La sentencia mínima del tribunal a Johnny se acompaña con la moraleja de que no todos los errores son crímenes. Aunque algunos críticos llaman a esta película “propaganda de misericordia” y no pueden creer que la experiencia oscura de João fue sólo el "ligero paseo" que muestra la película, y que la sentencia de dos años en una clínica psiquiátrica no le afectó, en definitiva la película tiene seis premios del Festival de Cine Brasileño en Miami.
La lista de metamorfosis brasileñas continúa con el documental del maestro Eduardo Coutinho, conocido por su estilo innovador. En su película “Moscú” investiga cómo la expresión teatral convierte en arte a lo cotidiano y viceversa (gracias a la acción de los artistas). Es la fina frontera que separa ficción y realidad y que ejemplifica a través de los ensayos teatrales de “Tres hermanas”, pieza de Antón Chéjov, puesta en escena en el teatro Galpão.
La historia del cine brasileño en Rusia empezó con la serie “La Esclava Isaura”, serie que conquistó a los televidentes soviéticos. Rusia es un vivo ejemplo del argumento brasileño que señala que las series de televisión ayudan a promover sus producciones cinematográficas a nivel mundial: las entradas del 1er Festival de Cine Brasileño en Moscú se agotaron en tan sólo 1 día.