“El Obrero y la Koljosiana” vuelven al escudo soviético
La “Estatua Rusa de la Libertad” celebra su segundo cumpleaños y trae consigo al antiguo escudo estatal soviético. Restauradores de arte renovaron uno de los más famosos símbolos soviéticos basándose en planos que se mantenían en secreto: “El Obrero y la Koljosiana”, obra de Vera Mukhina, que regresó a su sitial histórico.
En la Feria Internacional de París en 1937 los obreros franceses saludaban a las gigantescas cabezas de acero que estaban en el suelo esperando su turno de ser montadas. Al alzarse por sobre los 35 metros de altura, “El Obrero y la Koljosiana” se convirtió en el modelo de referencia del movimiento artístico del socialismo realista. Desde aquel instante, la imponente escultura fue apreciada por todos los visitantes que quedaban ensimismados por su gran envergadura y belleza plástica. La escultura coronaba el pabellón soviético "triunfador", pabellón que representaba en su dinamismo arquitectónico el desarrollo enérgico del primer Estado socialista del mundo.
El lugar que ocupaba la famosa estatua en la conciencia de todas las generaciones soviéticas fue indudablemente el de los símbolos del orgullo y del dolor por su país. Tras 66 años el monumento —ganador del gran premio de la feria de 1937— fue desmontado en 2003 por el gran daño causado por la corrosión y la tremenda necesidad que había en restaurarlo.
Ahora se han borrado los graffiti hechos por los participantes de las paradas militares y jóvenes amantes y se reforzó su armazón “garantizado para durar por 100 años”, según los reconstructores. Es curioso, pero en principio ellos no tenían acceso a los planes técnicos de Vera Mukhina; su marido trabajaba en el Servicio Especial y toda la información sobre él y Mukhina se resguardaba bajo el rótulo de “clasificado”.
Los restauradores hicieron justicia y acrecentaron el pedestal hasta 34,5 metros, según la idea original de la escultora. Este pedestal condecorará el verdadero escudo soviético de 10 toneladas que representaba a la Unión Soviética, junto con el monumento, en la Feria Internacional de París de 1937. La escultura junto con su pedestal regresan a su altura inicial de 60 metros.Éste se situaba frente al pabellón de la Alemania nazi. La misma construcción de los pabellones era una verdadera competencia y se luchaba por tener el más alto. El alemán estaba coronado con un águila; el ruso, 10 metros más bajo, con la hoz y el martillo en las manos del obrero y la koljosiana.
Este símbolo de la Unión Soviética se puede ver a la entrada del Centro Panruso de Exposiciones y existe una copia en Vietnam. En México el obrero fue permutado por otra "koljosiana."En Corea del Norte, por otro lado, al obrero y a la koljosiana se le añadió un empleado en traje de oficina.
Pero la imagen más famosa de la obra de Mukhina aparece en los primeros cuadros de más de 2 500 películas de la compañía de cine “Mosfilm”. La escultora hizo una copia pequeña del monumento para que fuera grabado como emblema del estudio, famoso por filmar muchas joyas del tesoro de la cinematografía mundial.
Por primera vez “El Obrero y la Koljosiana” —como imagen de Mosfilm— apareció en el estreno de la película “Vesna” (Primavera), obra de Grigori Alexandrov, en 1947. En este filme musical sobre el amor a una mujer cientifica, la ilustre Lubov Orlova interpretó el papel principal. Fue amada y conocida no sólo en la Unión Soviética, sino que también en el extranjero. Estrellas de la talla de Charlie Chaplin apreciaban su belleza y talento dramático.
