Con los videojuegos de tiros, el cerebro va como una bala
La indignación de aquellos padres que suelen responsabilizar a los videojuegos de atontar a sus hijos, parece haber quedado en entredicho. De hecho, un grupo de científicos intenta demostrar que los juegos de tiros mejoran la atención visual requerida para otras actividades de la vida cotidiana como conducir un coche.
Investigadores de la Universidad de Toronto han comprobado que jugar una partida a un videojuego de disparos, tales como Call of Duty, Crysis o Battlefield, mejora la calidad de las ondas electromagnéticas en los circuitos de nuestro cerebro.
Esas ondas, explican, determinan la velocidad de atención visual que aplicamos a nuestro entorno, incluidos los objetos en movimiento. Para investigar el efecto de esta actividad seleccionaron a un grupo de 25 personas sin experiencia previa en este tipo de videojuegos.
Los voluntarios jugaron en sesiones de una o dos horas durante un tiempo total de diez. Los dividieron en dos grupos: 16 personas que probaban videojuegos de disparos, mientras que los otros 9 hacían lo propio con videojuegos de lógica (como Angry Birds). Las ondas que emitían sus cerebros fueron grabadas antes y después de las sesiones.
El experimento mostró que los participantes que abatían a tiros a sus enemigos virtuales generaban ondas más aceleradas que antes de jugar, mientras que la gente que usaba juegos de lógica no experimentó cambio alguno.
Según los científicos, los resultados demuestran por primera vez el efecto directo que los videojuegos tienen sobre la mejora de la atención visual. Eso significa, explican los autores, que las personas se desenvuelven con más exito en entornos con circunstancias que cambian constantemente, y que reprimen los factores molestos.
Entre las esferas de la vida cotidiana que requieren este tipo de atención mental elevada cabe mencionar la conducción, la observación de determinados índices que cambian en la pantalla del ordenador o el desenvolvimiento con poca luz en el cuarto del niño con los juguetes esparcidos por el suelo.