Recreaciones Históricas: regresando al pasado
Un estudio profundo de los eventos de la historia de Rusia y su recreación en la vida real son mucho más que un simple pasatiempo. Estas imágenes podrían perfectamente ser parte de una película de época, pero no, corresponden a una tendencia que cada vez tiene más adeptos en Rusia: La “recreación histórica”.
Según aquellos que participan en estas actividades, el objetivo es recrear algún evento o periodo histórico, tratando de reproducir todos los detalles originales.
Bien lo saben los miembros del club “Silver Wolf” de Moscú. Ellos representan a los guerreros de la Rusia de los siglos IX al XI: la época dorada de la Rusia de Kiev. Para lograr una representación realista deben elaborar con sus propias manos armas, escudos, ropas e incluso utensilios de cocina.
“Utilizamos las tecnologías antiguas para hacer prácticamente todo. Para fabricar un escudo, por ejemplo, tenemos que considerar que la madera no la serraban, sino que la cortaban. Después, la tratamos a mano, preparando placas muy finas. Las juntamos y tapizamos con cuero, ajustamos todos los ornamentos metálicos. Es un trabajo duro”, afirma Maxim Makarov, fundador del club “Silver Wolf”.
Maxim es motociclista, bailarín de rockabilly y profesor de Historia. Mientras se desempeñaba como maestro decidió fundar este club.
“Propuse crear una clase interactiva para que los alumnos pudieran estudiar Historia de una manera nueva, ‘en vivo’. Los alumnos podían pasear por el aula, tocar todos los objetos expuestos. Eso es lo que diferenciaba a nuestro club de los museos, lugares donde estás separado de la Historia por un cristal”, señala.
Ya han pasado casi 20 años desde que comenzó esta corriente y la “recreación histórica” gana más adeptos cada día. Se calcula que en Rusia participan más de 3 000 personas en este tipo de clubes, repartidas en casi 80 organizaciones diferentes.
Dmitri Karpenlo es un economista que trabaja en la gobernación local de Moscú. Hace cinco años, por medio de su hijo, conoció la “recreación histórica”. Ahora es un miembro muy activo y su familia ha tenido que acostumbrarse a esta afición.
“En mi caso, tengo que dividir mi tiempo entre la familia y el club. A veces mis familiares están descontentos porque dedico mis vacaciones a los viajes con el club. Se trata de relaciones interpersonales. En el trabajo nadie está en contra de mi afición, y muchas veces consigo negociar con mi familia para que juntos viajemos a los festivales”, señala.
Además de ser una buena manera de conocer a otras personas que comparten el amor por la Historia, este tipo de afición también puede dejar enseñanzas para el presente: “Cuando te das cuenta de las dificultades a las que se enfrentaban las personas en el pasado entiendes que nuestras condiciones de vida son magníficas. Todos los problemas se vuelven insignificantes. El constante peligro de la muerte y la esclavitud del pasado no se puede comparar con las libertades y peligros actuales. Psicológicamente las amenazas y riesgos pierden importancia y nos sentimos cómodos en el mundo moderno”, explica Dmitri.
El club ya tiene nuevos desafíos. El más importante es viajar el próximo verano hasta Irlanda en una verdadera flota de barcos vikingos.