RT: ¿Por qué ha elegido este tema para su filme?
Yorgos Gkikapeppas: Quería mostrar cómo una situación económica irrumpe en las almas de la gente y les hace perder el equilibrio.
Todas las relaciones amorosas ahora están ‘heridas’. Estos tiempos hacen que las personas se depriman y actúen de forma inmadura, como niños. Pero si la inmadurez en los niños es encantadora, en los adultos es una catástrofe. A las parejas de ahora no les importa ni el amor ni el entendimiento. Lo único que les importa son ellos mismos. La gente no es capaz de comunicarse y encontrar una solución en conjunto. Si los problemas económicos nos tragan, si olvidamos que somos humanos y que podemos poner resistencia a la crisis, nuestros niños no tendrán futuro.
Siempre tenemos que luchar, por más difíciles que sean las circunstancias. La vida siempre encuentra un camino para continuar. Pero si seguimos comportándonos como ahora, Atenas se convertirá en una ciudad sin esperanza.
He rodado mi película para hacer algo por el futuro.
RT: El eje central de la película es una joven inmigrante iraquí que da a luz el mismo día que su marido es arrestado. Es la única de las mujeres en la película que logra dar a luz. ¿Por qué?
YG: No hablo de la decadencia de Occidente. Me interesó el aspecto humano de las cosas. Fue un caso real que ocurrió en un suburbio de Atenas. Fui a hablar con esta mujer y entendí de inmediato que rodaría mi película.
Su marido no podía lograr un trabajo oficial, bebía mucho y resultó involucrado en cosas ilegales y de drogas. La Policía le detuvo en plena calle el mismo día que ella tenía que dar a luz. Ahora ya ha sido liberado y vive con su mujer y su hijo. Pero en aquel entonces la joven se vio obligada a parir cuando estaba sola. El único que le ayudó fue un vecino.
No eran una pareja. Ni siquiera hablaban: ella solo sabía árabe, y él, solo griego. Pero ha sido una historia de un amor perfecto que contrasta mucho con la de las parejas ‘convencionales’ que son incapaces de entenderse. Yo en mi película seguí la historia real al pie de la letra, al menos, hasta el momento del nacimiento del bebé.
RT: ¿Cómo ha podido usted debutar en el cine durante una crisis económica tan profunda?
YG: En general, tuvimos 22 días de rodaje. Pero empezamos en junio y terminamos en marzo del año siguiente. Primero, hemos rodado una novela. Luego, al mes o los dos meses, empezamos a rodar otra historia. Luego, buscamos dinero para intentar rodar la tercera novela, etc.
El secreto es hacer que la gente quiera que la película sea rodada, que no piensen cuándo y cómo serán pagados. Para conseguir equipamiento, luces y transporte pones el nombres de los responsables en los créditos y dices que son coproductores. Prometes, además, un porcentaje después de que la película salga en los cines.
En Grecia, si no tienes dinero, puedes dibujarlo.