Escena de masturbación con crucifijo provoca un escándalo en el Festival de Venecia

La comunidad católica está escandalizada por una polémica escena del filme irreverente del director Ulrich Seidl, 'Paradise: Faith', presentada en la 69ª edición del Festival Internacional de Cine de Venecia.

El escándalo en el Festival de Venecia se desató tres días después de la proyección de la película austriaca 'Paradise: Faith' ('Paraíso: Fe') de Ulrich Seidl, un filme que opta al León de Oro, junto con otras 17 películas. 

La escena, en la que Anna María, una ferviente católica, llega a masturbarse con un crucifijo -el cual descuelga de la pared de su habitación, lo acaricia, lo besa, lo vuelve a besar cada vez más intensamente, hasta que finalmente se masturba con el sacro objeto- ya ha sido calificada como una de las más provocadoras del cine contemporáneo.

"La protagonista no entiende que la adoración ciega por Cristo la convierte en un ser inhumano, incapaz de sentir amor y de comunicar la más importante virtud cristiana: amar al prójimo", comentó el director.
 
La cinta narra la historia de una mujer entregada completamente al catolicismo, que decide recorrer puerta a puerta toda Venecia para tratar de convencer a la gente de unirse al cristianismo.

La película de Seidl, según los expertos del cine, denuncia con un lenguaje irónico el fanatismo religioso, aunque para algunos católicos, es una ofensa gratuita a la comunidad religiosa de Italia, que es uno de los países más católicos del mundo.
 
 

El abogado Pietro Guerini, que encabeza una asociación radical católica de Italia, presentó la demanda contra el realizador de la película, Seidl, la actriz Maria Hofstatter y también contra sus productores y los organizadores de la 69ª edición de la Mostra de Venecia.

Todos ellos “por medio de la manifestación de una escenas blasfemas e indignantes" han violado los artículos 403 y 404 del Código Penal de la República Italiana ("delitos a una confesión religiosa por la denigración de las personas y a través de desprecio"), reza la demanda.

Por su parte, Seidl declaró que no va a pedir perdón ante los católicos. "No tengo por qué pedir perdón. Al contrario, estoy contento. Si para alguien la escena mostrada en mi película es tabú, esto no significa que no tenga derecho a incluir esta escena en el filme", manifestó el realizador de la polémica cinta en la entrevista, publicada este martes en la revista ‘The Hollywood Reporter’.