Las flores robóticas del artista Justin Goodyer son la principal instalación de la feria. Abren y cierran los pétalos siguiendo el movimiento de la mano humana, lo que, según el artista, permite al espectador sentirse como el Sol o la Luna.
Al finalizar la exposición, el 29 de octubre, las obras serán subastadas para recaudar fondos para el propio museo, que es una organización sin ánimo de lucro.