"El sistema consta de contenedores automotrices que se trasladan por una red de raíles que se encuentra no solo en el piso, sino también en las paredes y techos del edificio, y las 'estaciones' de este sistema de transporte se encuentran en todos los lugares de la biblioteca”, explican representantes de la empresa.
El sistema usado en la Biblioteca Nacional de Nueva Zelanda
Además, para automatizar completamente el proceso de traslado, búsqueda, entrega y devolución de libros, la Biblioteca Nacional tiene previsto introducir la tecnología de etiquetas RFID (siglas de Radio Frequency Identification), que debe ayudar a encontrar automáticamente los libros y seguir sus movimientos.
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Los dos sistemas juntos permiten automatizar el proceso de recepción de libros de los lectores y hacerlo posible durante todo el día. El usuario de la biblioteca podrá devolver los libros a cualquier hora en una ventana especial, de donde el sistema robotizado los recoge, los reconoce con ayuda de la tecnología RFID y hace una marca correspondiente en la tarjeta personal del usuario.
En total, la Biblioteca Nacional de San Petersburgo gastará entre 70 y 80 millones de rublos (entre 2,2 y 2,5 millones de dólares) en estas innovaciones.