Este viernes el famoso cineasta Emir Kusturica fue recibido por el Presidente de la Federación de Rusia, Dmitri Medvédev, quien le felicitó por el galardón entregado por la Fundación Internacional de Unidad de los Pueblos Ortodoxos.
Un día antes el cineasta serbio, oriundo de Bosnia y Herzegovina, fue galardonado por el patriarca ruso Kirill con el tradicional premio anual del Fondo Internacional de los Pueblos Ortodoxos en una ceremonia solemne en la Catedral del Cristo Salvador en Moscú. El premio fue entregado por “su extraordinaria actividad para el fortalecimiento de la unidad de los pueblos ortodoxos [...] y por la defensa y difusión de los valores cristianos en la sociedad”.
El máximo jerarca de la Iglesia Ortodoxa de Todas las Rusias destacó durante la ceremonia de entrega que las obras de Kusturica no se basan en el elemento comercial, sino que el director reflexiona sobre la naturaleza y el alma del hombre.
Por su parte, el cineasta señaló que aparte de estar feliz por haber recibido este prestigioso premio le incita la idea de la espiritualidad y que “esta idea de espiritualidad fue generada por la literatura de Dostoievski”.
Kusturica, que nació en el seno de una familia bosnia musulmana en Sarajevo, se bautizó en la fe ortodoxa en 2005 con el nombre serbio de Nemanja.
Otros laureados con tal premio fueron el presidente de Rusia Dmitri Medvédev, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Armenia Gareguin el Segundo y representantes de la Academia Teológica.
El maestro de cine nació el 24 de noviembre de 1954 en Sarajevo, Bosnia. En la famosa Escuela de Cine de Praga, FAMU, se formó en las artes audiovisuales entre 1973 y 1977. Mas tarde filmó su famosa ¿Te acuerdas de Dolly Bell? con la cual sería premiado en Venecia. Sin dudas su prestigio se lo ganaría mas tarde con Tiempo de gitanos, cinta también premiada en Cannes. Luego abandonaría su país para vivir en EE. UU., trabajando como profesor en la Universidad de Columbia y filmar Sueños en Arizona en ese país, una película con poca repercusión.
De vuelta en su tierra se consolidaría luego con la única Underground, relato de los tiempos bélicos vividos en Yugoslavia durante la Segunda Guerra Mundial y el conflicto en los Balcanes. Después retomó las historias gitanas con su Gato negro, gato blanco.
Sus obras recorren diferentes temas: los conflictos de las familias, políticos, la violencia, la muerte y elos lementos sobrenaturales (levitación, sonambulismo, hipnosis). Su particular estilo lleva siempre plasmado la música "zíngara" y un sentido del humor que se conjuga con la parodia y el tono burlesco.