Los vínculos rusos de Picasso

La pintura ‘El acróbata y la bailarina’ es una de las joyas del Museo Pushkin de Bellas Artes en Moscú y parte importante de su colección permanente. Por estos días, este cuadro que pertenece al "periodo rosa" del pintor y muestra a una niña practicando con gracia movimientos de ballet, se mezcla con otras obras nunca antes expuestas en Rusia, que muestran el significado especial que este país tenía para el artista malageño.

A principios del siglo XX, los coleccionistas que podían comprar las obras de Picasso era o estadounidenses o alemanes, pero no rusos. Los rusos tienen una intuición artística única. Picasso atrajo al primer comprador ruso de sus cuadros, Shchukin, por su temperamento.  Ya en Moscú, las obras del pintor contribuyeron en gran parte al nacimiento de la vanguardia rusa. Desde un principio, entre Picasso y Rusia se formaron vínculos muy estrechos.

La exposición consta de 240 obras, entre pinturas y esculturas, que pertenecen al Museo Picasso de París, ahora en remodelación. También hay dibujos y fotografías del artista y hasta películas en las que se puede disfrutar al genio en plena creación… Pero el objetivo de la muestra no es solo exponer el trabajo de uno de los pintores mas apreciados del mundo, sino también celebrar la fuerte influencia rusa en su obra…

Un testimonio de la relación de Picasso con Rusia son los dibujos que hizo de sus amigos Igor Stravinsky y del empresario Serguéi Diágilev. Este último fue además el que le presentó a una de las mujeres que mas influyó en su obra y que sellaría definitivamente su relación con este país: la bailarina rusa Olga Jojlova.

Estuvieron juntos durante más de diez años de matrimonio, durante los cuales Picasso tuvo sus dos primeros hijos. Para los expertos, esta relación tuvo una influencia fundamental en el arte del pintor que dio en ese momento uno de los giros mas drásticos en su manera de crear.

Aleksey Tetuhov, el curador de la muestra de Picasso en el Museo Pushkin, destaca que: “No fue una atracción fugaz, sino una relación seria que incluyó el nacimiento de un bebé, una casa bien arreglada, una familia bien constituida… Y Picasso se convirtió luego en un artista más fundamental, más arraigado y sin dudas, una personalidad más respetable en la arena del arte. Obtuvo éxito comercial y dinero. Su relación con Olga marcó sobre todo el periodo de transición de un revolucionario alborotador, a un artista reclamado y exitoso”

Pero las influencias recíprocas entre Rusia y Picasso no se agotarían en Olga. De hecho ya estaban divorciados cuando la genialidad y el espíritu libre del artista causaron un verdadero shock en su primera exposición en Moscú durante la época soviética.

El gato que despedaza brutalmente y sin piedad a un pájaro simboliza la libertad y la creatividad de la obra ‘Gato atrapando a un pájaro’. Este cuadro fue para Picasso una alegoría de lo que significó el franquismo en España, su país. Sin embargo cuando se expuso por primera vez la obra del artista en Moscú, en 1956, muchos interpretaron que esa alegoría  también podía usarse para el régimen de Stalin.

Semejante interpretación le valió tantos amores como odios entre el público ruso de la época. Pero ese primer contacto masivo dejó claro que, en cualquier caso, lo seguro sería que Picasso no pasaría desapercibido…

Mas de 50 años después de aquella muestra; personas de todas las edades hacen largas filas en la entrada del museo, esperando para contemplar joyas que van desde su cuadro favorito: ‘La muerte del torero’, a una serie de fotografías que permiten ver la evolución del Guernica…

Picasso está otra vez en Rusia  y el país lo recibe con los brazos abiertos, como se recibe a un amigo tan entrañable como cercano…