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Rusia, dominada por la epidemia de los ritmos 'hispanobailantes'

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Ritmos latinoamericanos y la música en español se hacen cada día más y más populares en Rusia. Moscú está 'infectada': los 'microbios' de ritmos 'hispanobailantes' están por todos lados.
Rusia, dominada por la epidemia de los ritmos 'hispanobailantes'

Ritmos latinoamericanos y la música en español se hacen cada día más y más populares en Rusia. Moscú está 'infectada': los 'microbios' deritmos 'hispanobailantes' están por todos lados.

Los Microbios, una de las bandas más contagiosas de Moscú, justifica su nombre por el hecho de ganar más y más adeptos autóctonos durante el desarrollo de sucarrerapor los clubes nocturnos de la capital y los festivales de música alternativa.

El grupo lo formaron en 2002 dos estudiantes de la facultad de Periodismo de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú: Ilya Zinenko y Nik Smirnov. Ilya Zinenko, dentro de la jerarquía de estos microorganismos, es responsable de la música y de las letras. El otro poeta microscópico, Nik Smirnov, de vez en cuando, también se siente, como su compañero, suficientemente inspirado para inmortalizar sus razonamientos a través de versos en idiomas exóticos, como el inglés o su español macarrónico.

En ocasiones, la infección resulta tan intensa que en los seguidores de la banda afecta no solamente a las funciones del movimiento, responsables de la danza, sino también el potencial mental, de manera que en algunos casos los textos los crean también estudiantes 'contagiados' de las facultades de lenguas extranjeras de diferentes universidades de Moscú y son aceptados con benevolencia por los músicos.

Por su parte, por más Microbios que sean, son igualmente conscientes de su responsabilidad hacia la humanidad, y se preocupan por la salud pública. Así que toman todas las precauciones posibles de seguridad para reducir 'el volumen' de masas contagiadas, razón por la cual ubicaron su local de ensayo en un antiguo refugio anti bombas.

Actualmente, el grupo está compuesto por cinco músicos: Ilya Zinenko (vocalista y guitarrista), Petr Kaménski (percusionista), Pável Kuráev (bajista), Denís Zhdánov (baterista) y Egor Goncharenko (trompetista). Originalmente, se formó como una banda aficionada, parodiando a otras. Pero poco a poco, como comentan los miembros en persona, aprendieron a tocar y hasta a componer sus melodías originales.

La banda se mostró dispuesta a conceder una entrevista a la periodista de RT, Marina Mash.

- RT: ¿Nos podría dar unas líneas generales de cómo son los inicios de su grupo?

- Ilya Zinenko (Miembro Fundador): Primero, yo y mi amigo Nik compusimos algunos versos y canciones burlescas, en ruso, desde luego. Decidimos reunir el material elaborado y juntar a los músicos para hacerlo público.

- RT: ¿Y ese nombre tan 'repugnante' de la banda? ¿Cómo se les ocurrió? ¿Y por qué Los Microbios en español y no 'Mikrobi' en ruso?

- IZ: Es que desde el principio ya sabíamos que íbamos a llamarnos Los Microbios. La culpa es mía. Nací en Cuba, porque mi padre trabajó como intérprete militar. Luego, mi familla se mudó a Perú, dónde vivimos tres años. Y allí, muy a menudo, emitían por la tele una publicidad de jabón en forma de dibujos animados, con microbios disfrazados de seres primitivos con lanzas, que cantaban: "¡Somos los microbios, yohohohoho!". Me impresionó mucho y en un momento determinado se me vino a la memoria.

- RT: ¿Por qué empezaron a cantar en español, por macarrónico que éste suene en su caso?

- IZ: Es que en mi familia el español siempre ha estado presente. En cuanto a Nik, tuvo castellano como segunda lengua extranjera durante sus estudios en la facultad, así que lo habla muy bien.

Al principio, no teníamos canciones en español, pero en los conciertos empezamos a anunciar nuestras obras en castellano, como, por ejemplo, 'La canción sobre la pequeña grabadora' o 'La canción sobre la mujer diabólica'. Para los rusos suena muy excitante y siempre ha sido una atracción extra para el público.

La etapa siguiente fue de imitación. Nik escribió unos versos burlones que parodiaban a otra canción, en ruso, que se llamaba 'Argentina - Jamaica', interpretada por una banda popular. La obra original también contenía un matiz irónico, pero ligero, y estaba dedicada al partido de fútbol entre Argentina y Jamaica, en la Copa del Mundo de 1998 en Francia. Presentaba los hechos desde el punto de vista de los jamaicanos. Nuestra parodia a la misma melodía, hablaba de lo mismo desde el punto de vista de los argentinos que ganaron 5-0. Y las letras elaboradas por Nik, a pesar de ser en ruso, contenían muchas frases en español.

Yo, al mismo tiempo, compuse una canción, ya original esta vez, que llamé 'Perros Amores', en un castellano macarrónico, formada en su mayoría por frases hechas. Resultó ser un juego tanto con el lenguaje, como con los ritmos latinos y españoles en la melodía, aunque al principio ni siquiera sabíamos cómo tocar de esa manera, porque ninguno de nosotros era un músico profesional.

El experimento encantó a la audiencia y hasta ahora estas dos obras siguen siendo de las más apreciadas por nuestros aficionados.

Y desde entonces más y más a menudo experimentamos con escribir en español, usando elementos de distintos ritmos en las melodías. Al inicio teníamos una mezcla de estilos: reggae, rock, rap, pero ahora también en nuestra música está prevaleciendo el matiz latinoamericano. De vez en cuando vemos en nuestros conciertos en clubes nocturnos a gente que sabe bailar salsa o merengue, por ejemplo, y que no tarda en mostrar su arte en la pista de baile.  

A mí me gustacantar en castellano, me fascina cómo suena, en general, y me encanta la cultura musical hispanohablante como tal. Puede ser que sea algo subconsciente que venga desde la infancia que pasé en América Latina.

Diría que nuestras obras en español, como ninguno de nosotros habla el idioma con soltura, no pueden ser consideradas una creación de pleno valor. No tenemos como objetivo componer o presentar nuestras canciones de una manera impecable, pero nos encanta introducir este elemento de informalidad, ligereza y juego lingüístico y musical en nuestro arte.

- RT: ¿Y sus preferencias musicales propias? ¿Qué es lo que les inspira a ustedes, a parte de sus propias obras?

- IZ: Escucho mucho, por ejemplo, el son cubano, Compay Segundo, sobre todo, y a otros miembros del proyecto Buena Vista; Anthony Cruz también y la nueva generación, como Dusminguet, Lila Downs y Che Sudaka. De la época antigua me encanta  el post-rock, tipo The Evpatoria Report. Y me fascina, además, Lily Allen.

Entre mis preferencias universales, está también la música balcánica, como Mahala Raï Banda, por ejemplo, y desde luego, los maestros, No-Smoking Orchestra y Bregovic.

- Denís Zhdánov (baterista): A mi y a Egor Goncharenko, nuestro trompetista, nos encanta todo tipo de funk: desde Red Hot Chili Peppers hasta Speedometer.

- Pável Kuráev (bajista): Mis preferencias son ska: desde el jamaicano, como The Skatalites, hasta el ska- punk: No Respect.

- Petr Kaménski (percusionista): Mis gustos, más singulares, son el folk ruso, Ina Zhelannaya, sobre todo, y la época anterior, donde ya no puedo destacar a alguien en especial.  

- RT: Se nota a primera vista que sus preferencias musicales son muy variadas. ¿Y en cuanto al modo de vivir también son todos ustedes tan diferentes? Han comentado que ninguno de ustedes es un músico profesional, y ¿qué es lo que están haciendo, entonces, en sus vidas cotidianas, fuera de la banda?

- IZ: Pues sí, ninguno de nosotrosos se gana la vida del arte musical. En cuanto a mí, y nuestro otro Fundador y poeta, Nik, que está ausente hoy, somos sus compañeros: periodistas.

P. Kuráev: Soy inginiero de comunicaciones móviles y trabajo para Beeline, un operador ruso de telecomunicaciones.

- Egor Goncharenko (trompetista): Soy de Kiev, Ucrania, pero resido en Moscú y estudio para ingeniero de sonido.

DZ: Mi caso es aún peor: terminé mi carrera universitaria como inginiero de automóviles, pero actualmente trabajo en una tienda de computadoras y electrónica.

- P. Kaménski: Yo, al revés, soy el que más pega con el nombre de la banda. Soy biólogo y trabajo en la cátedra de microbiología de la Universidad Lomonósov de Moscú, así que para mí los microbios han formado parte de mi carrera universitaria y actualmente son mi trabajo y mi inspiración musical.

Los Microbios en su hábitat natural, en la facultad de Biología de la Universidad de Lomonósov

 

- RT: ¿Cómo personas tan distintas como ustedes han conseguido encontrarse y formar una banda?

- IZ: Es que no nos encontramos todos a la vez. De la composición antigua de la banda, me quedé solo. Pero los que estamos ahora llevamos ya tocando durante más de tres años. Pável, bajista, se incorporó gracias a nuestro ex baterista. Egor y Denís vieron un anuncio en la red y, como les gustó el material, decideron probar. Y la historia más curiosa es la de nuestro percusionista, Petr. Cada año damos un concierto casi tradicional, conmemorando el Día del Biólogo, en la escalera de la Facultad de Biología de la Universidad Lomonósov de Moscú. Y, de repente, durante el concierto, sale Petr a escena y empieza a tocar. Y desde entonces está con nosotros.

- P. Kaménski: Pues sí, pero es que Ilya, como siempre, omite un pequeño detalle. Es que nos conocemos desde hace bastante tiempo, y, unos minutos antes del concierto, me ofreció que participara y tocara las percusiones. Acepté, porque conocía las melodías y tenía mucha curiosidad por hacerlo en el escenario. Pero es que mi gran amigo se olvidó por completo de avisar a los otros músicos. Así que pueden imaginar sus caras, cuando, de repente, salió a escena un chaval desconocido, del público, que jamás habían visto en sus vidas y empezó a tocar a su lado. Sin ensayos previos, sin nada, además...

- RT: No parece convencional la historia. Menos mal que no optaron por interrumpir el concierto y llamar a la policía o a una ambulancia.

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