Entre los hallazgos figuran objetos de cerámica, pequeñas hachas de piedra pulida, hojas de cuchillos y numerosos instrumentos de piedra, así como habas carbonizadas que testimonian la antigua tradición agrícola de Oriente Próximo.
Se han encontrado también puntas de flechas tanto de sílex como de obsidiana -un tipo de roca volcánica-, lo que hizo concluir a los científicos que en aquella época ya existían relaciones comerciales entre las tribus autóctonas y las que habitaban los territorios de las actuales Turquía y Georgia, ya que en Israel nunca hubo obsidiana.
Los arqueólogos descubrieron, además, dos artefactos bastante enigmáticos: una figurita de piedra en forma de falo y una paleta con esquemáticos grabados que representan genitales femeninos. Los científicos opinan que podría tratarse de "objetos sexuales de culto" que simbolizaban la fertilidad de la tierra.
A mediados de marzo las excavaciones se abrieron a visitas turísticas.