Un grupo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) anunció que, tras explorar unos 250 metros de dichos túneles, el robot, llamado Tláloc II-TC, encontró las cámaras funerarias bajo el Templo de la Serpiente Emplumada, también llamado Templo de Quetzalcoatl, uno de los dioses más importantes de la cultura mesoamericana.
Los arqueólogos creen que en la época prehispánica las cámaras descubiertas se utilizaban para realizar rituales funerarios, ya que las imágenes obtenidas por Tláloc revelaron símbolos específicos en sus muros.
Los investigadores encontraron los túneles de debajo del templo, uno de los más importantes de Teotihuacán, ya en el año 2011 gracias al uso de la tecnología de radar, y Tláloc II-TC se ha convertido en el primer robot utilizado en una investigación arqueológica en México. El nombre de Tláloc alude a la divinidad que representa a la lluvia y el trueno en distintas culturas mesoamericanas.
La exploración de las ruinas no le resultó fácil al robot, que en varias ocasiones quedó atascado en el barro de los túneles, explica el jefe del proyecto, Sergio Gómez, en un artículo publicado por el diario mexicano 'El Universal'. Según Hugo Armando Guerra, ingeniero de la empresa HA Robótica, el aparato, de 30 centímetros de ancho, 50 de largo y 20 de altura, en ocasiones tuvo que lidiar con hasta 30 centímetros de lodo.
Al principio de la investigación, Sergio Gómez supuso que estos túneles estaban vinculados a conceptos relacionados con el inframundo y agregó que "no se descarta que en este lugar se hubieran realizado rituales de iniciación e investidura divina de gobernantes teotihuacanos, toda vez que el poder se adquiría en estos espacios sagrados".