Al estudiar los objetos, encontrados cerca de la localidad de Gerza, en Egipto, con la ayuda de un microscopio electrónico de barrido y un tomógrafo computarizado, los especialistas concluyeron que estos contienen elementos meteóricos.
Según el estudio, publicado en la revista 'Meteoritics & Planetary Science', en las joyas hallaron hasta un 30% de níquel, típico elemento que conforma los meteoritos metálicos.
Asimismo, los objetos contaban con la estructura de Widmanstatten, una estructura específica que normalmente se forma por un enfriamiento muy lento en ciertos tipos de objetos espaciales.
Los científicos explicaron que los nueve collares de metal que están siendo objeto de estudio pertenecen a la cultura de Naqada II, un periodo predinástico egipcio, conocido también como Gerzeense. Esta cultura existía en el cuarto milenio a. C.
A pesar de que la primera información acerca del uso de hierro en la región data del siglo VII a. C., artefactos metálicos más antiguos se encuentran en ocasiones extraordinarias en Egipto. Los resultados del estudio sugieren que otros artículos similares de aquella época también podrían haber sido fabricados con material procedente de los meteoritos.