Según el arqueólogo Arturo Ruiz Taboada, las tumbas del cementerio judío se descubrieron durante las excavaciones en una zona ajardinada del Instituto de Educación Secundaria Azarquiel de la capital, que actualmente está urbanizada.
Anteriormente en esta zona se descubrieron muchos cementerios de diferentes comunidades religiosas que vivían ahí y sepultuban a sus difuntos hasta la Edad Media. En varios trabajos de excavación de los años 2008 y 2009 se encontró el cementerio judío en la misma zona.
De acuerdo con Taboada, la edad de los esqueletos encontrados fue establecida gracias al hallazgo de una moneda de aquella época. Además, tanto las tumbas como los restos se han conservado bien.
Esta excavación descubre el secreto del ritual de enterramiento, caracterizado por la profundidad de las tumbas con fosas de hasta tres metros, así como la técnica de cubrir el ataúd del difunto con una bóveda de ladrillo.