El Domingo de Resurrección (4 de abril) se inauguró el IX Festival de Pascua, bajo la dirección artística de Valeri Gérgiev, considerado un gran organizador de los principales festivales del país. Mil músicos de 12 países participarán en esta fiesta hasta el 9 de mayo.
“Gérgiev organizó este festival, que por su envergadura no tiene igual en el mundo. El programa incluye unos 100 conciertos en 30 ciudades, con un cierre apoteósico en el Parque de la Victoria. Hoy vamos a disfrutar la música espiritual que tradicionalmente acompaña la celebración cristiana por excelencia, la misa de Pascua por la resurrección de Cristo. Este estado de ánimo festivo seguirá en la sala del conservatorio”, dijo Alexandr Avdeev, ministro de cultura ruso.
Dos conciertos seguidos en la Gran Sala del Conservatorio Ruso abrieron el festival.
El famoso coro de la Radio de Suecia, junto con la orquesta del Teatro Mariinski interpretaron la ‘Gran Misa’ en si menor de Jóhann Sebástian Bach. El director Fredrik Malmberg destacó que el ambiente moscovita, donde podían escucharse las campanadas de la Pascua por doquier, lo emocionaron y pusieron en sintonía para dirigir esta obra de culto.
Durante el segundo concierto estuvieron presentes los dos elementos que darán forma a la programación siguiente: la música de Shostakovich y de compositores modernos rusos.
La obra de Dmitri Shostakóvich va muy a tono con la época de la Gran Guerra Patria, reflejando profundamente la tragedia de la guerra, asegura Gérgiev. Casi todas las sinfonías del compositor, que fue testigo de la conflagración, serán interpretadas durante el festival, como ya ocurrió con la Primera Sinfonía de Shostakóvich, que abrió la velada.
El famoso pianista Denís Matsuyev, ganador del premio Shostakóvich, interpretó ‘Capricho’, de Igor Stravinski, junto con la Orquesta del Teatro Mariinskii. La obra es raramente tocada por el pianista por lo que la partitura entregada por Gérgiev fue para él un verdadero descubrimiento: “Es una obra maestra singular de Stravinski que casi no suena en los escenarios del mundo. Queremos corregir esta estado de cosas”, destacó.
Stravisnki eligió el título ‘Capricho’ como el más conveniente al carácter caprichoso e impredecible de esta pieza, que alterna sus episodios según su estado de ánimo. La obra hace alusiones a las obras de los antecesores de Stravinski. “El refinamiento en ritmo y delicadeza de la melodía de su ballet ‘El beso del hada’, creada basándose en fragmentos de las obras de Chaikovski, e inspirada por las música de Carl Maria von Weber y Félix Mendelssohn, los “reyes de la música”, cuyas entonaciones e instrumentación se mezclan inesperadamente con giros de jazz”, destaca la historiadora musical Nadezhda Kulígina.
Gérgiev considera su deber interpretar las obras de los compositores de los Siglos XX-XXI, así incluyó en las carteleras de este festival autores como Valeri Gavrilin, Nikolai Karetnikov y Rodión Shchedrín.
Este útimo, creador de ‘La música antigua de los circos rusos de provincia’, considera su propia composición "una obra virtuosa digna de una orquesta de clase superior como es la Orquesta del Teatro Mariinski. Junto con Valeri Gérgiev son lo más alto posible de una interpretación”.
Shchedrín trató de plasmar como si tuviera un "pincel musical" este lado casi olvidado de la vida provincial rusa. El circo jugaba una parte importante en la vida de los rusos del Siglo XIX.
La obra predilecta del director está dedicada este año a conmemorar el 65 aniversario de la Gran Guerra Patria, pero también habrá conmemoraciones musicales para el Año de Francia en Rusia, el 790 aniversario del nacimiento de Alejandro Nevski y los Mil años de la ciudad rusa Yaroslavl.
El Festival de Pascua está compuesto por programas sinfónicos, de coros y benéficos. También la tradicional ‘Semana de las campanas’, que se celebrará en 46 catedrales de Moscú y la Catedral de Pedro y Pablo en San Petersburgo. Estos conciertos de campanas tendrán lugar en toda la capital moscovita durante todo el mes y terminarán con una Gran campanada en el Festival del 9 de mayo, a las 12:00 am, en la Catedral de Cristo Salvador que se dedicará a la Vida eterna, los fallecidos en la Segunda Guerra Mundial y la paz en todo el mundo.