Esta ley establece que se puede realizar el aborto en los centros de salud estatales, de forma gratuita y hasta la semana 12 de gestación. El Parlamento uruguayo estableció que la mujer interesada deberá agotar todos los recursos posibles antes de llegar al aborto y dispondrá de cinco días de reflexión previos para tomar la decisión final.
"Hay un plazo de reflexión y nosotros lo incorporamos al plazo de reflexión porque la realidad muestra que cuando se da esa reflexión muchas veces las mujeres desisten. De hecho, la experiencia que venimos cosechando en el Uruguay con la aplicación de esta ley es que una quinta parte de las mujeres que consultan para practicarse un aborto terminan desistiendo", explicó Iván Posada, diputado del Partido Independiente.
Mientras muchos médicos del país plantean la objeción de conciencia, otros profesionales de la salud trabajan a destajo para orientar a las mujeres que analizan abortar. El Estado uruguayo se suma a este objetivo y además entiende que despenalizar ayuda a erradicar las muertesque se producían en la ilegalidad.
"El que puedan consultar por esta causa es bien importante. Al principio las mujeres venían con mucho miedo, con temor a ser denunciadas, les daba miedo consultar por esto. Ahora se están animando más a compartir con el equipo de salud que realmente tienen un problema y ver de qué forma podemos ayudarlas", dijo la psicóloga de Iniciativas Sanitarias, Cecilia Stapff.
Por su parte, el subsecretario de Salud, Leonel Briozzo, expresó que el Gobierno es "próvida" porque "nosotros queremos que las mujeres no mueran en los abortos inseguros y estamos en contra del aborto, justamente por eso lo despenalizamos".
El debate sobre la despenalización del aborto despertó una discusión ya existente en la sociedad uruguaya. En 2001 se registró un incremento de muertes por abortos clandestinos. Esto derivó en extensas deliberaciones hasta convertir al país sudamericano en el cuarto que autoriza esta práctica en América.
A pesar de los avances que ha habido en el acceso a los derechos individuales, muchos uruguayos se muestran escépticos ante esta iniciativa. "No estoy de acuerdo con el aborto pero sí con la despenalización porque me parece que cada cual tiene que decidir sobre su cuerpo", comentó una montevideana. "Depende de la situación, de casos como violaciones", señaló otra.
Con base en estadísticas de organizaciones feministas, el promedio de edad de las mujeres que consultan por el aborto legal oscila los 27 años. En su mayoría, manifestaron que el embarazo interfería en su proyecto de vida. Desde la vigencia de la nueva ley, se practican 9 abortos cada 1.000 mujeres de 15 a 44 años, lo que convierte a Uruguay en uno de los países con cifras más bajas en este controvertido tema.