China entrará en el 2015 como el líder mundial en la economía de acuerdo con la metodología basada en la paridad de poder adquisitivo, que da una base muy fiable para comparar el ingreso per cápita en distintos países. Estos datos sorprendieron a muchos en EE.UU. y resultaron ser reveladores en el contexto de las diferencias entre China y EE.UU., opina el economista estadounidense Joseph Stiglitz en su artículo para la revista 'Vanity Fair'.
El ascenso de China atrae la atención de otros países hacia el modelo social chino, exponiendo desfavorablemente el modelo norteamericano, cree el nobel de economía. Actualmente, el nivel de vida de una familia estadounidense media es peor que hace 25 años, y el número de pobres en EE.UU. está creciendo.
Mientras tanto, la mayoría de los chinos han visto mejorar significativamente su nivel de vida en el contexto de un rápido crecimiento económico: China ha sacado de la línea de pobreza a más de 500 millones de personas, mientras que la clase media estadounidense está entrando en un período de estancamiento, indica Stiglitz. "Un modelo económico que no sirve a los intereses de la mayoría de los ciudadanos no puede ser un modelo a seguir para todos los demás", aseguró el economista.
En un momento en que China se está convirtiendo enla primera economía del mundo, escribe Joseph Stiglitz, se está formando una nueva arquitectura de la cooperación internacional, la estabilidad de la cual en muchos aspectos depende de la reacción de Washington a la pérdida de su liderazgo global. Washington podría aplicar una "política de contención" con el objetivo de limitar la influencia de China en el mundo, lo que Stiglitz considera superficial y contraproducente. "EE.UU. tendrá que cooperar con China, le guste o no", resume el nobel de economía.