Esta es la posición del editor de la revista británica 'The Economist', Edward Lukas, citado por 'The Daily Mail', que recuerda que la producción de petróleo todavía depende de algunos de los Estados más frágiles del mundo: Irak, que produce 3,4 millones de barriles diarios, y Libia, que produce un millón.
"Esos dos países mantienen un precario equilibrio al borde del colapso. Libia ha dejado de funcionar como Estado, está desgarrada por una sangrienta lucha entre las fuerzas parlamentarias y las milicias islamistas. Irak ya ha caído peligrosamente en manos de los combatientes fanáticos del llamado Estado Islámico", escribe Lukas.
También menciona a Rusia y a los 12 países de la OPEP cuyos presupuestos dependen en gran medida de los precios del petróleo.
"El panorama general es que el mundo está cambiando: una serie de regímenes que dependen de saquear los recursos naturales de su país tendrán su merecido. La pregunta es si aceptan su destino, o si el poder del oro negro para provocar una conmoción violenta se traducirá en que todos nosotros seremos absorbidos por conflictos que podrían sacudir el mundo", resume Lukas.