En últimos meses varias petroleras internacionales han anunciado recortes de inversiones o suspensión de nuevos proyectos que perdieron interés cuando el precio de un barril del petróleo crudo se sitúa en los 50 dólares. "Los precios más bajos implican recortes presupuestarios y retroceso del desarrollo", según Anish Kapadia, del banco de inversión Tudor Pickering Holt citada por 'Financial Times'.
La petrolera británico-holandesa Royal Dutch Shell abandonó un proyecto junto a Qatar Petroleum para construir una de las mayores plantas petroquímicas del mundo por 6.500 millones de dólares. Otra petrolera británica, Premier Oil, pospuso la decisión final sobre su proyecto cerca de la costa de las Islas Malvinas por valor de 2.000 millones de dólares. Además, la firma redujo los salarios de sus contratistas y trabajadores autónomos en el mar del Norte y en el sureste asiático.
La petrolera noruega Statoil devolvió tres licencias de exploración en Groenlandia, una región con uno de los costes de exploración más altos. La canadiense Canadian Natural Resources redujo esta semana su previsión de gastos de capital desde los 8.600 millones de dólares a los 6.190 millones de dólares.
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