El pronóstico se fundamenta en los cálculos del Banco Mundial, según los cuales esos países pueden perder un total de al menos 10.000 millones de dólares en 2015. Ante los problemas que implica la devaluación de la divisa local, muchos inmigrantes se plantean abandonar Rusia en búsqueda de un destino mejor.
Un operario uzbeko de un taller de reparación de vehículos se quejó al corresponsal de 'The Guardian' de que el valor de sus remesas a familiares se redujo de aproximadamente 1.000 dólares estadounidenses a unos cuantos centenares de dólares al mes. Y el periódico asegura que no es un caso único.
Esta lógica ya ha provocado la devaluación del manat de Turkmenistán y puede profundizar el desplome del tengue de Kazajistán, creen en el periódico. Asimismo, según el Banco Mundial, el 42% de la economía de Tayikistán, el 31,5% de la economía de Kirguistán, el 25% de la economía de Moldavia, el 21% de la economía de Armenia, el 5% de la de Ucrania y el 12% de las de Uzbekistán y Georgia dependen de las transferencias entre particulares desde Rusia.