"Desde Washington hasta Atenas, políticos y economistas que en muchas ocasiones tienen poco en común, están de acuerdo en que Alemania, bajo el mandato de la canciller Angela Merkel, en gran medida está equivocada en cuanto a la política económica", señala 'The Economist'.
Los autores añaden que "la aparente fuerza de Alemania, consistente en tasas de desempleo bajas, un crecimiento estable y un presupuesto federal equilibrado, disfraza errores políticos y debilidad".
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Un primer error ha sido insistir en que los países de la eurozona con problemas, como Grecia, no sólo implementen reformas estructurales en sus economías sino que a la vez reduzcan los gastos y los préstamos, expresa el artículo.
No obstante, el segundo problema es nacional, explica la revista. Dadas las tasas de interés bajas, ahora sería una "oportunidad de oro" para pedir más préstamos e invertir más en la misma Alemania, lo cual fomentaría la economía y proporcionaría un estímulo keynesiano a toda la eurozona, precisan los autores.
Además, el aumento de inversiones podría ayudar a resolver el desequilibrio de la economía germana: el superávit en cuenta corriente es el mayor del mundo. Sin embargo, en lugar de eso, "Alemania invierte menos que en el pasado y menos que otros países".