EE.UU. cuenta con dos aviones militares para transportar al presidente. Desde 1990, son dos Boeing VC-25As, de la serie Boeing 747-200B con una configuración especial. Se usan en vuelos internacionales y, menos frecuentemente, para los internos: cuando resultan demasiado grandes para aeropuertos nacionales, se recurre a un Boeing C-32.
Los dos se conocen como 'Air Force One': el indicativo que utilizan los controladores aéreos para referirse a una nave en la viaja el mandatario. Cuentan con 370 metros cuadrados de espacio interior, donde hay instalaciones médicas, incluida una mesa de operaciones funcional, cuartos separados para los invitados, personal superior y agentes del servicio secreto, y una sala de conferencias para los periodistas. El área presidencial incluye un vestidor privado, gimnasio, cuarto de baño y una oficina. Cada avión está valorado en 325 millones de dólares.
Cada hora de vuelo de un 'Air Force One' cuesta a los contribuyentes estadounidenses 206.337 dólares, difunde Judicial Watch basándose en la respuesta recibida a su solicitud de información al Departamento de la Fuerza Aérea. La suma incluye "combustible, alimentos, chequeo técnico en terminal, reparación de la nave y del motor".
Únicamente los viajes del presidente Obama durante el fin de semana del Día del Trabajo, en septiembre de 2014, supusieron 1,5 millones de dólares, denuncia la organización. Los destinos, entre el viernes y lunes, incluyeron dos eventos separados de recaudación de fondos en Nueva York y Rhode Island, un vuelo de vuelta a Washington para pasar la noche a casa, otro vuelo a Nueva York para asistir a una boda y un viaje a Milwaukee (Wisconsin) para pronunciar un discurso. Tan solo la decisión de dormir en casa, en vez de quedarse en Nueva York, costó al presupuesto estatal más de 295.000 dólares, calcula Judicial Watch.