El Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII), fundado por China, contará con la participación de al menos 35 países. Entre los últimos que mostraron su interés por participar figuran la India, Indonesia y Nueva Zelanda. También presentaron sus solicitudes para ser miembros fundadores el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Australia, Luxemburgo y Suiza.
Según diversas fuentes, funcionarios estadounidenses intentaron prohibir al Reino Unido y a otros países unirse al banco de inversiones chino. Pero los aliados más cercanos estaban tan interesados en la redistribución del poder financiero en favor de China, que también estaban dispuestos a pasar por alto los "consejos" de EE.UU., informa el portal Vestifinance.
"Washington eligió una forma totalmente innecesaria de luchar contra China en la cuestión del desarrollo de infraestructura. EE.UU. no puede aceptar el hecho de que en la arena de las instituciones multinacionales tradicionalmente dominada por Estados Unidos, haya aparecido un nuevo jugador fuerte. La Casa Blanca ha perdido en esa lucha", subraya la publicación.
El BAII es uno de los elementos con los que Pekín quiere dar empuje a su capacidad de medirse con las instituciones financieras internacionales dominadas por gobiernos occidentales.