Ambos países siguieron las reglas de la Unión Europea, pero el resultado de las medidas tomadas por los gobiernos de Finlandia y los Países Bajos fue "catastrófico". "El problema es la moneda común. El uso del euro es peor que una bancarrota", opina el columnista del 'Washington Post', Matt O'Brien, explicando en su artículo las causas de la crítica situación que ambos países están enfrentando.
La economía de Finlandia fue dañada gravemente por Apple. Los ingresos del país dependieron de la exportación de los teléfonos Nokia y de productos de papel, pero según el ex primer ministro del país, Alex Stubb, el iPhone mató a ambas industrias. "La reducción de los costos mediante la devaluación de la moneda sería el método más simple para compensar las pérdidas", señala Matt O'Brien. Pero Finlandia, que usa el euro, no tiene una moneda para devaluar, por eso lo único que pudo hacer es reducir su presupuesto recortando salarios, como exigen las reglas de la UE. Esto no sólo tomó mucho tiempo, sino que también dañó aún más la economía nacional: Finlandia sufrió la recesión más larga en su historia.
Los países de la eurozona no pueden devaluar sus monedas o recortar las tasas de interés, por lo que sus problemas económicos no se solucionan nunca
Explicando el caso neerlandés, el columnista del 'Washington Post' comenta: "Los Países Bajos tienen una enorme burbuja inmobiliaria. La deuda de los hogares del país es la más grande en la zona euro. La política de austeridad aplicada por el gobierno local no mejoró la situación: la economía nacional no crece desde el año 2007".
¿Cómo consiguió Islandia, que convirtió toda su economía en un fondo de cobertura que se derrumbó en 2008, superar a Finlandia y los Países Bajos? "Es que no usa el euro, tiene su propia moneda, la Corona islandesa", sostiene Matt O'Brien. Islandia perdió el 60% de su poder adquisitivo cuando la Corona cayó, pero esto ayudó a la economía del país haciendo sus productos más competitivos en el extranjero. Gracias a la devaluación el país sufrió una recesión en vez de una depresión y se recuperó pronto.
"Los países de la eurozona no pueden devaluar sus monedas o recortar las tasas de interés, por lo que sus problemas económicos no se solucionan nunca," dice O'Brien. "La camisa de fuerza del euro convierte problemas simples en extraordinarios (Finlandia) y problemas extraordinarios en problemas históricos (Grecia)".