"La economía china ha estado débil en el último trimestre, y se espera que el ritmo de su movimiento siga siendo el mismo", dijo a los inversionistas la directora financiera de la compañía Juniper Networks, Robyn Denholm, citada por 'The Wall Street Journal'. Las ventas de su compañía en la región Asia-Pacífico se redujeron un 3% en comparación con el trimestre anterior, mientras que si se excluyera el factor chino, se habrían incrementado un 11%.
El debilitamiento de la economía del gigante asiático tiene lugar en momentos difíciles para los negocios de EE.UU., señala el periódico. El beneficio total de las empresas, incluidas en el índice S&P 500, aumentó un 1,2% en el segundo trimestre de este año. Se trata del crecimiento más lento desde otoño del 2012. Además, este crecimiento se debe a la reducción de costos y la recompra de acciones, entre otras cosas, y no al aumento de las ventas.
La desaceleración de la economía china afecta a todas las áreas de negocios del país norteamericano: de vuelos comerciales a la venta de ascensores y vehículos. Por ejemplo, el fabricante de motores Cummins registró una caída considerable de la demanda por parte de China sin señales algunas de mejora. Para empresas como Weyerhaeuser, que es uno de los mayores propietarios privados del mundo de bosques maderables, la disminución de la construcción en China significaría que grandes cantidades de madera se quedarían en EE.UU., lo que conllevaría una caída de sus precios.