El pasado 14 de diciembre, el Banco Popular de China anunció sus planes para reformar la tasa de cambio del yuan en el mercado nacional, abandonando su paridad con el dólar y reemplazándolo por una cesta de 13 monedas.
En su nuevo artículo publicado en el portal Fondsk, el doctor en Economía, profesor del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú y exconsultor de la ONU Valentín Katasónov analiza las posibles razones de esta decisión de China.
El experto destaca que el yuan nunca ha sido "una moneda de libre flotación", y el hecho de que dependiera del dólar "no es accidental", puesto que, desde principios de los años 80, EE.UU. es el principal socio comercial de China. A su vez, la dinámica del comercio entre China y EE.UU. depende en gran medida del tipo de cambio del yuan.
En esta década, la participación de EE.UU. en el volumen de negocios, exportaciones e importaciones de China se ha reducido en comparación con la década de 2000, lo que puede dar una sensación de debilitamiento de la dependencia de China de su socio comercial. "Sin embargo, es una ilusión", opina el analista, que explica que el papel del comercio entre los dos países, y, por lo tanto, del tipo de cambio del yuan contra el dólar, sigue siendo importante para el gigante asiático.
De un "globo sonda" al truco final
Entonces, ¿cuál es el motivo de la reforma anunciada por el Banco Popular de China?
El autor del artículo recuerda que en agosto de 2015 el yuan se redujo significativamente por primera vez en muchos años, cayendo en casi un 2%, lo que Washington calificó de "devaluación planeada por Pekín". Mientras tanto, Katasónov cree que aquella caída fue "un globo sonda lanzado por Pekín".
Ahora al Tío Sam le será difícil presionar a Pekín, que culpará a la 'mano invisible' del mercado de divisas o a otros países que participan en la guerra de divisas
En cuanto a la decisión del pasado 14 de diciembre de las autoridades chinas, el economista no descarta que pueda ser un paso hacia la formación "de un cártel monetario con participación de los bancos centrales que emiten las 13 monedas incluidas en la cesta".
Sin embargo, prosigue, sería una tarea muy compleja, y su implementación requiere mucho tiempo, mientras que "hay otra razón más prosaica de la reforma monetaria del Banco Popular de China".
"Pekín está cansado de las constantes acusaciones estadounidenses de que realiza 'dumping' monetario en el mercado de EE.UU." y ahora con esta nueva reforma le podrá responder a Washington que para determinar el valor del yuan se guía por una cesta de monedas, y no solo por el dólar, argumenta el experto.
Además, como casi tres cuartas partes de la cesta corresponden a monedas que tienden a depreciarse frente al dólar, el yuan también caerá frente a la moneda estadounidense. "Solo que ahora Pekín puede redirigir las reclamaciones estadounidenses a otros países cuyas monedas están representadas en la cesta", detalla el experto, que pronostica que la apuesta del gigante asiático por la caída del yuan ha comenzado.
"No obstante, ahora al Tío Sam le será difícil presionar a Pekín, que culpará a la 'mano invisible' del mercado de divisas o a otros países que participan en la guerra de divisas", concluye el economista.