En un artículo para 'New Eastern Outlook' el analista político de EE.UU. Caleb Maupin expresa la opinión de que la élite financiera estadounidense persigue sus propios intereses en Siria e Irak. Cuando el Estado Islámico se hace más fuerte, sus ganancias aumentan, subraya Maupin.
"¿Cuál es la fuente del armamento del EI? Esta organización, al igual que los demás grupos terroristas en Siria, ha recibido un flujo constante de armas de Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Baréin y Catar. Estos países son monarquías absolutas apoyadas por ExxonMobil y otras poderosas empresas petroleras estadounidenses", explica Maupin.
El Gobierno de Estados Unidos continúa mostrando hostilidad hacia las fuerzas que luchan activamente contra el Estado Islámico en el campo de batalla. Esta política siniestra está dictada por la oligarquía financiera que no tiene lealtad a EE.UU., su gente, o la paz mundial
El periodista comenta que Arabia Saudita, que tiene el cuarto mayor presupuesto militar del mundo, compra armas exclusivamente a Estados Unidos, ya que en 2010 Riad y Washington firmaron el acuerdo de armamento más grande de la historia, que ascendió a 60.500 millones de dólares. Para Caleb Maupin no es una coincidencia que los militantes del EI usen armas estadounidenses. Son Arabia Saudita y otros países del golfo Pérsico los que suministraron el armamento fabricado por EE.UU. a los rebeldes en Siria, cree el analista.
Por otra parte, Washington no ha hecho nada para acabar con las acciones ilícitas de Turquía, su otro aliado, que está facilitando la venta de petróleo del EI. Además, después del ataque terrorista en San Bernardino (California, EE.UU.), el Congreso del país norteamericano no tomó medidas en contra del grupo yihadista, sino aprobó una ley que restringe la entrada al país a quienes hayan visitado la República Islámica de Irán., señala Maupin.
"El Gobierno de Estados Unidos continúa mostrando hostilidad hacia las fuerzas que luchan activamente contra el Estado Islámico en el campo de batalla. Esta política siniestra está dictada por la oligarquía financiera que no tiene lealtad a EE.UU., ni a su pueblo, o la paz mundial", concluye el periodista.