El Gobierno federal de Suiza ha confirmado este jueves que celebrará un referéndum para decidir si se debe prohibir a los bancos comerciales del país crear dinero en el sistema financiero, informa el periódico 'The Telegraph'. La decisión fue tomada después de que más de 110.000 ciudadanos suizos firmaran una petición para que el Banco Central sea el único que ostente ese poder.
De acuerdo con el diario, la campaña liderada por el movimiento Swiss Sovereign Money, conocida como 'Iniciativa Vollgeld', está destinada a limitar la especulación financiera, al exigir a los bancos privados mantener el 100% de sus reservas contra sus depósitos. "Los bancos no serán capaces de crear dinero para sí mismos, solo podrán prestar el dinero que tienen de los ahorradores o de otros bancos", señalan en la organización.
Los especialistas explican que los bancos han obtenido la oportunidad de crear su propio dinero debido a la aparición de las transacciones de pago electrónico. Así, en las economías del mercado moderno, los bancos centrales controlan la creación de billetes y monedas, pero no la creación de todo el dinero, como ocurre cuando un banco comercial ofrece una línea de crédito.
No obstante, si el proyecto de ley del dinero soberano tiene éxito, daría al Banco Nacional de Suiza el monopolio de la creación no solo del dinero físico, como fue establecido en 1891, sino también el electrónico.
El escritor y analista británico, Sam Gerrans, por su parte, considera la otorgación del crédito basado en el dinero electrónico autocreado por los bancos comerciales un "fraude descarado y un robo contra los pobres", que a su vez también degrada el valor de cada unidad de la moneda en la que se realiza la transacción.
"Estamos entrenados desde el nacimiento para pensar que necesitamos a los bancos y sus papeles ficticios (...), pero no los necesitamos. Cualquier cosa puede ser utilizada como un medio de intercambio", afirma Gerrans en su artículo para RT.
No obstante, el experto cree que de salir adelante la nueva iniciativa del movimiento popular en Suiza es poco probable que la misma conlleve una revolución financiera que realmente amenace a la élite bancaria.