Cómo el caso de Singapur podría explicar el milagro económico asiático

Las decisiones gubernamentales que contribuyeron al crecimiento de la economía de Singapur podrían servir para graficar el milagro económico que se produjo en determinados países asiáticos.

Para entender la utopía neoliberal y la encarnación del mercado libre en ciertos países de Asia Oriental y del Sudeste Asiático, se puede recurrir a las ideas del economista austro-estadounidense Joseph Alois Schumpeter, que influenciaron sustancialmente la política económica de Japón en el periodo de postguerra y de allí se extendieron por la región asiática, en particular, a Singapur, afirma Kamil Galéev, historiador y experto del portal 'Slon'.

Un milagro bien administrado

Tras la victoria del Partido de Acción Popular en las elecciones de 1959, en el curso de las cuales Gran Bretaña reconoció la autonomía de Singapur dentro de la Commonwealth (alianza de diferentes entidades políticas que ofrecen fidelidad a la Corona británica), se hizo posible crear un gobierno unipartidario. Por entonces, el sector industrial suponía solo el 11% del PIB, la política industrial era "proteccionista" y se basaba en un sistema de cuotas de importación que suponía la realización de la industrialización por sustitución.

En ese momento, el gobierno decidió crear el Decreto de Expansión Industrial, que otorgó un periodo de "exención de impuestos" a empresas que invertían en Singapur. Además, para promover la industrialización, se creó la Agencia de Desarrollo Económico (ADE) que invertía directamente en empresas nuevas y compañías en expansión y otorgaba créditos baratos del Fondo Previsor Central, al que los ciudadanos debían entregar prácticamente el 40% de sus sueldos. Además, el Ministerio de Finanzas limitaba la cantidad de empresas que operaban en cada esfera.

Tanto Japón como Singapur siguieron el modelo propuesto por Schumpeter y dejaron de luchar contra los monopolios, realizando intentos por regularlos administrativamente. Entonces, como señala el historiador, después de crear una industria competitiva, el país pasó a una política económica orientada a la exportación.

Sueldos controlados

En la década de 1960, el gobierno comenzó a fomentar las empresas que implementaban mucha mano de obra, pero ya a partir del 1970, cuando el problema del desempleo se solucionó, estas iniciativas se vieron presionadas por parte del gobierno, que subió sueldos y disminuyó de ese modo la competitividad.

A pesar de que formalmente en Singapur la ley no regula el sueldo mínimo, en realidad, el Plan de Sueldos Progresivos gubernamental realizó "recomendaciones" dirigidas a todas las esferas, que especificaban los salarios que debían pagarse dependiendo del cargo, la educación y la experiencia laboral de las personas. El continuo ascenso de los sueldos disminuyó la cantidad de empresas con valor añadido bajo.

Asimismo, en lo que se refiere a la creación de la industria nueva, Singapur no se basó en los principios del mercado libre. La ADE creó una red de centros de enseñanza financiados por el Estado para que nuevos trabajadores de diferentes esferas elevaran su nivel profesional, mientras las empresas pioneras de alta tecnología recién abiertas entraban en un período de suspensión de impuestos.

Como consecuencia, este tipo de empresas generaba un 74% de insumos de exportación. Sin embargo, estos resultados se podían conseguir únicamente violando los derechos de autor y utilizando tecnologías occidentales, destaca el historiador.

Para concluir, Galéev enumera tres factores clave que atribuyeron al milagro económico del país. Según el primero, para conseguir el crecimiento económico hay que basarse en la industria de la fabricación. Como indica el autor, no cabe duda de que desde los tiempos de la revolución industrial no ha habido ni un solo país que haya llegado a la riqueza desarrollando la agricultura o servicios públicos. El segundo factor consiste en que los gobiernos de países que vivieron un milagro económico guiaban su política hacia la exportación. Y el tercer factor clave del éxito en este caso fue la política estatal dedicada a la redistribución de ingresos obtenidos en el curso del crecimiento económico.