En un intento de proteger a la alicaída economía de la volatilidad del mercado y de las amenazas de la economía mundial, el Banco Central de Japón ha tomado una decisión 'de choque', adoptando tasas de interés negativas, con la cuota impuesta en 0,1%, informa 'The Guardian'. La medida se ha creado para que los bancos comerciales utilicen el exceso de reservas para poder realizar préstamos a las empresas.
La decisión se produjo pocos días después de que el presidente del banco, Haruhiko Kuroda, sugiriera que había descartado medidas drásticas de flexibilización para impulsar la confianza empresarial. "El Banco de Japón reducirá la tasa de interés aún más hacia índices negativos en caso de que sea necesario", afirmó el presidente. De este modo, la decisión disminuye el riesgo de que la confianza empresarial japonesa sufra las 'turbulencias' de la economía global. Este cambio se anuncia una semana después de que las estadísticas mostraran que en 2015 la economía china había crecido al ritmo más lento del último cuarto de siglo.
La respuesta del mercado
El recorte de la tasa tuvo una inmediata respuesta de acciones en cadena. Así, el índice Nikkei, que representa las fluctuaciones de divisas de acciones de 225 empresas del país, recibió más de 500 puntos pocas horas después de la reforma. Sin embargo, pronto las acciones volvieron a caer, puesto que los operadores entendieron las consecuencias más amplias de la medida: la caída del yen y una posible guerra de divisas.
En este contexto, los expertos afirman que el debilitamiento del yen podría desatar una serie de guerras monetarias. Así, varios países han escogido últimamente el rumbo de debilitar las divisas. En consecuencia, la presión sobre el yen puede incrementar significativamente, mientras que los países buscan conseguir una tasa de cambio baja para aumentar la cantidad de exportaciones nacionales, advierte Timur Turlov, jefe de la compañía de inversiones Freedom Finance, citado por Gazeta.ru.