“El sistema favorece las rentas más altas”: ¿deberían pagar más impuestos los ricos en España?

El último informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) arroja un dato inquietante sobre el sistema tributario español, que puede llegar a interpretarse como un síntoma de injusticia social en su funcionamiento. En concreto, las cifras del tipo medio efectivo, que comúnmente se interpreta como “presión fiscal”, son similares en el tramo correspondiente a las rentas más bajas, y en el de las rentas más altas. ¿Significa esto, tal como han afirmado algunos medios, que en España los más pobres soportan casi la misma presión fiscal que los más ricos? ¿Es el sistema tributario español socialmente injusto?

Para profundizar en el asunto, hemos consultado a tres profesionales directamente vinculados al sistema tributario desde tres perspectivas muy distintas: un docente universitario, una gestora y asesora fiscal, y un trabajador de la Agencia Tributaria. A los tres les hemos planteado preguntas similares para sondear si efectivamente es preocupante o socialmente injusto que las personas con rentas más bajas soporten una presión fiscal similar a la de los más ricos…o incluso para saber si esta afirmación es verdaderamente sostenible.

Presión fiscal similar sobre ricos y pobres: un defecto a corregir.

Jose Antonio Sanchez García es Jefe de Estudios en CEF - Escuela de Negocios en Madrid, donde preparan a opositores que aspiran a trabajar en el Ministerio de Hacienda, e imparte clases en la Universidad a Distancia de Madrid (Udima). En su opinión, no es del todo exacto que los que menos ganan sufran una presión fiscal igual a los que ganan más. Admite que, fundamentalmente, el problema del sistema tributario español es que es poco progresivo (es decir, que la carga fiscal aumenta poco en relación con el aumento de la renta), pero afirmar que pobres y ricos sufren una carga fiscal similar le parece una afirmación simplista, o al menos muy matizable.

Begoña Otero trabaja en una gestoría del barrio madrileño de Chamberí, en la que ayuda, desde hace más de 20 años, a los ciudadanos de a pie a presentar sus declaraciones de la renta en tiempo y forma. Nos explica que este año ha percibido un descenso generalizado de la presión fiscal, en todos los niveles de renta (y admite la sospecha de que haya motivos electoralistas en ello). Considera que, efectivamente, el hecho de que las rentas bajas sufran casi tanta presión fiscal como las altas revela un defecto del sistema tributario español. “Es una cosa contra la que hemos luchado siempre; tanto asesores como otro tipo de profesionales que nos dedicamos a este tema. Se trata de un impuesto directo que debería ir ligado progresivamente a la capacidad económica de cada uno”. 

Hay que tener en cuenta que en el tramo de las rentas más altas, alguien podría pagar, por rentas superiores a 60.000 euros, un 47%, por cada euro percibido

También hemos consultado a un trabajador del Departamento de Organización y Gestión de Recursos de la Agencia Tributaria que nos ha pedido expresamente no revelar su identidad. “No es cierto que los pobres sufran la misma presión fiscal que los ricos. Y la razón es sencilla: el impuesto es progresivo, y aunque el primer tramo es igual para todos, a medida que se obtiene mayor renta los tipos se incrementan. Hay que tener en cuenta que en el tramo de las rentas más altas, alguien podría pagar, por rentas superiores a 60.000 euros, un 47%, por cada euro percibido".

Es necesario revisar el sistema tributario español

Jose Antonio Sanchez, preguntado por los problemas más urgentes del sistema, alude al sistema de cotizaciones a la Seguridad Social: “Es el mayor error de toda nuestra democracia. Es un residuo del franquismo que aún permanece y lo deberíamos corregir. La razón es sencilla: en todos los sistemas tributarios modernos, es decir, en todo Occidente, la regresividad [los presión fiscal que no aumenta - o incluso disminuye- según aumenta la renta] está totalmente prohibida. Como el sistema de cotizaciones a la seguridad social es regresivo, lo mantenemos fuera del sistema tributario. 

El sistema de cotizaciones a la Seguridad Social  es el mayor error de toda nuestra democracia. Es un residuo del franquismo que aún permanece y lo deberíamos corregir

El trabajador de la Agencia Tributaria le da la razón totalmente en este sentido: “Así es. Hay que ampliar el concepto de imposición. Las cuotas de la seguridad social, aunque no son impuestos en sentido estricto, también son costes o prestaciones patrimoniales coactivas. Comparte la misma naturaleza con los impuestos. Por otra parte, creo que el Impuesto de Sociedades presenta demasiadas reducciones y bonificaciones, y al final el tipo medio de tributación es sensiblemente inferior que la tributación que soportan las rentas del trabajo. Habría que eliminar determinadas facilidades del Impuesto de Sociedades, para evitar ese desplazamiento de contribuyentes, a veces fraudulento, desde el IRPF al Impuesto de Sociedades”. 

Begoña Otero, como asesora fiscal, también estima que el sistema tributario español necesita una revisión. “Año tras año debemos ir perfeccionándolo. Aún hay poca diferencia tributaria entre las rentas más bajas y las más altas, y las empresas deberían estar sometidas a un tipo de tributación más lógica”. 

En términos generales, el sistema tributario favorece a las rentas más altas

“Favorecer es un término relativo - discrepa el profesor Juan Antonio Sanchez-. En cuanto a los impuestos directos no. Los ricos también pagan mucho IRPF, lo cual explica en parte los tremendos problemas de evasión fiscal en las rentas más altas. Es un problema que tiene también un matiz psicológico importante: al gravar mucho las rentas más altas, puede llegar a desincentivarse la economía. Uno no hace el esfuerzo de enriquecerse si está bajo la amenaza de que el Estado le quite la mitad de su renta”. 

Actualmente, los que están soportando en realidad los costes recaudatorios son principalmente los trabajadores…y no parece que eso sea lo más equitativo.

Por su parte, el empleado de la Agencia Tributaria admite sin ambages que “el sistema está favoreciendo a las rentas más altas e introduce una distorsión entre las rentas empresariales y las rentas del trabajo. Actualmente, los que están soportando en realidad los costes recaudatorios son principalmente los trabajadores…y no parece que eso sea lo más equitativo. 

Begoña Otero confía en que la intención real del Gobierno es adaptar cada vez mejor y de manera más justa su sistema de financiación tributaria a la situación económica real de la gente, pero admite que el sistema aún es muy injusto y favorece claramente a las rentas más altas.

Enorme complejidad y escasa cultura fiscal: la gente no sabe lo que paga.

“Siempre trato de asustar un poco a los alumnos recién llegados -explica con gracia Juan Antonio-; les pregunto si son conscientes de donde se están metiendo. Porque esto de la tributación es un mundo muy complejo. Por eso en parte hay tan poca cultura fiscal entre la ciudadanía. La gente por lo general no es consciente de todos los impuestos que paga. En esta habitación, por ejemplo, hay un impuesto sobre la luz, otro sobre esa planta, y casi si uno piensa demasiado viene el ministro y le pone un impuesto por eso. Yo cada vez que salgo a tomar un Gin Tonic, si miro la cuenta, me pongo malo. Si la gente que sale a tomar una copa supiera cuantos impuestos está pagando, se quedaría en casa bebiendo agua”. 

Si la gente que sale a tomar una copa supiera cuantos impuestos está pagando, se quedaría en casa bebiendo agua

“Cierto - concede el trabajador de la Agencia Tributaria-. Ocurre igual con los hidrocarburos, que son los consumos más penalizados fiscalmente. No solo por el IVA o los impuestos sobre hidrocarburos. Creo que la gente haría otro tipo de consumo energético si supiera el coste fiscal que tienen los hidrocarburos”. 

David Romero