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Los empleados de Carlsberg pelean su derecho a beber en el trabajo

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Los empleados de la mayor cervecera de Dinamarca luchan para preservar una de las pocas y mejores ventajas de trabajar en esa industria: el derecho a beber durante la jornada laboral, informa el diario estadounidense The Wall Street Journal.

Los empleados de la mayor cervecera de Dinamarca luchan para preservar una de las pocas y mejores ventajas de trabajar en esa industria: el derecho a beber durante la jornada laboral, informa el diario estadounidense The Wall Street Journal.

Por más de un siglo, los empleados de Carlsberg, desde embotelladores y empacadores hasta conductores, han podido refrescarse durante la jornada laboral con una cerveza. Sin embargo, desde el 1 o. de abril, durante la hora de la comida, los refrigeradores de las fábricas se vaciaron de bebidas alcohólicas, que fueron reemplazadas por un máximo de tres vasos de medio litro cada uno.

"Es un derecho que los trabajadores hemos tenido por 100 años", dice Michael Christiansen, un chofer de camión convertido en líder sindical. "Carlsberg nos lo ha quitado sin ninguna negociación."

Hace unos días, el empleado encabezó una huelga de 260 trabajadores en este suburbio de Copenhagen. Días después, 500 empleados más de otra ciudad se unieron a las protestas. Desde entonces, los trabajadores han vuelto a sus labores, luego de que la empresa aceptara renegociar el derecho a beber cerveza gratis en las próximas semanas.

Beber durante la jornada laboral solía ser algo usual en todas partes del mundo. Pero la práctica ha ido perdiéndose por temores de accidentes en laborales, la caída en la productividad o a que los empleados manejen ebrios. Carlsberg es una de las pocas grandes cerveceras donde aún se permitía eso.

Sin embargo, la gerencia de la empresa argumenta que beber durante el trabajo es un riesgo, en especial para aquellos que manejan maquinaria. A pesar de que la tasa de accidentes ligados al alcohol es "casi cero", hay otros temas en juego, dice Jens Bekke, vocero de Carlsberg. "No se puede hablar de responsabilidad social corporativa y permitir esto", añade.

Incluso bajo las nuevas reglas, los chóferes de los 600 camiones y demás vehículos de Carlsberg pueden beber hasta tres botellas de cerveza al día. Pero ahora, los vehículos de la empresa cuentan con un aparato llamado Alcolock, al que los conductores soplan antes de encender el motor. Si el dispositivo detecta un exceso de alcohol en la sangre, el vehículo no arrancará.

Dado que Carlsberg controla el 60% del mercado, esta decisión seguro influirá sobre sus rivales. Los empleados de cada una de las 120 cerveceras del país, tienen derecho a la bebida, dice Per Sten Nielsen, de la Asociación Danesa de Cerveceras. "Si Carlsberg logra su cometido, otras se inclinarán por seguir su ejemplo".

Los trabajadores de Anheuser Busch-InBev, en Bélgica, la mayor cervecera del mundo, antes podían servirse cervezas de los refrigeradores en sus centros de trabajo. Pero el ingreso de inversionistas extranjeros y los temores de las compañías de seguros detuvieron la práctica. Sin embargo, los empleados en los centros de distribución de Leuven —la sede global de la empresa— aún pueden beber cerveza durante el trabajo.

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