El protocolo requiere que las agencias puedan compartir información sobre operaciones financieras sospechosas y los flujos de efectivo que puedan estar involucrados en el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
Las nuevas disposiciones permiten acudir a las autoridades de investigación acerca de transacciones sospechosas. Los protocolos de esta índole ya se han firmado previamente con Bélgica, España, Eslovenia y Estados Unidos. El papa Francisco, sobre la situación de las finanzas de la Iglesia, afirmó que el Banco del Vaticano (Instituto para las Obras de Religión) debe ser "honesto y transparente".
En general, las finanzas del Vaticano están rodeadas de un gran secretismo. En enero pasado el diario británico 'The Guardian' realizó una investigación y reveló que la Santa Sede construyó un imperio inmobiliario secreto con propiedades en el Reino Unido, Francia y Suiza con millones recibidos de Mussolini.
El Vaticano, a través de una red de empresas fantasma, posee edificios en Londres como el de la tienda de Bulgari en la calle New Bond o el del banco Capital Altium en la plaza de Saint-James, y otros bienes inmuebles en Francia y Suiza por un valor total de unos 800 millones de dólares.