El ministro de Finanzas de este país insular, Mark Brown, calculó que los minerales submarinos podrían hacer multiplicar por cien el producto interno básico. "La evaluación de los recursos que yacen en el fondo marino nos hace pensar que estos podrían transformar nuestra economía enormemente", dijo al periódico británico 'The Guardian'.
El funcionario cree que su país empezará a extraer los recursos polimetálicos dentro de aproximadamente cinco años. Primeramente se necesitará contratar a una o varias operadoras y adoptar las tecnologías existentes para poder subir los nódulos a la superficie sin dañar el medio ambiente. Brown llegó al Reino Unido para "conocer a los nuevos protagonistas" de la industria de la minería submarina, y cree que en un futuro concurso para obtener las concesiones de extracción podrán participar también empresas de Corea del Sur, China, Japón y Noruega.
Pasaremos de ser una nación en vías de desarrollo a ser una nación desarrollada
La idea de emplear robots espías submarinos se le ocurrió al ministro, ya que en otras ocasiones estos dispositivos se han utilizado en proyectos petroleros de gran profundidad. El Gobierno de las Islas Cook descartó, por el elevado daño ambiental que supone, el uso de dragas, que los geólogos actualmente consideran el único método existente para extraer del mar los nódulos a escala industrial.
Según datos de la ONU, las Islas Cook cuentan con un población de 14.000 habitantes, cuyo ingreso anual per cápita es de 12.200 dólares, provenientes mayoritariamente del turismo. Este índice se sitúa muy por debajo de los 50.000 dólares del ingreso per cápita de un estadounidense o de los 40.000 dólares de un súbdito británico, y aumentarlo es uno de los objetivos del ministro Brown. "Pasaremos de ser una nación en vías de desarrollo a ser una nación desarrollada", aseguró a los periodistas.
Las islas Cook son un archipiélago situado en el Pacífico Sur, entre Hawái y Nueva Zelanda. Constituyen una entidad política independiente, aunque se encuentra en libre asociación con Nueva Zelanda. La zona económica exclusiva del país ocupa más de 1.800.000 kilómetros cuadrados de océano.