1. La economía de Occidente no se ha levantado
Según El-Erian, la consecuencia más obvia del colapso económico son las dificultades que atraviesan hoy las economías occidentales que —afirma— "todavía tienen que recuperarse". No en vano, el analista recuerda que, por ejemplo, "su crecimiento económico sigue siendo frágil" o que "millones de personas siguen sin trabajo"."Solo un puñado de países han sido capaces de superar las tres 'enfermedades' que surgieron durante la crisis: la insuficiente y desequilibrada demanda, la inestabilidad de los sistemas financieros y los persistentes endeudamientos", dice el codirector de PIMCO, subrayando a continuación que cinco años después del colapso financiero muchos países siguen prisioneros de modelos obsoletos de crecimiento económico.
2. Los bancos centrales tomaron el poder político
"Cuando los mercados financieros se congelaron y la actividad económica se desplomó, los bancos Centrales actuaron inmediatamente con decisión y valentía […] ellos respondieron de manera impresionante y coordinada a nivel mundial", dice El-Erian, agregando que lo que menos se esperaba en esos momentos eran las inadecuadas y pasivas respuestas políticas.El experto señala que, por ejemplo, durante los últimos cinco años el Congreso de Estados Unidos ha puesto en varias ocasiones a la economía de ese país al borde de un precipicio financiero. Por otro lado —sostiene— debido a los constantes desacuerdos entre las autoridades de los países europeos el euro casi se derrumba.
3. Los países en vía de desarrollo continuaron creciendo
Según el analista, después de la quiebra de Lehman Brothers los países en vías de desarrollo sufrieron más que los países desarrollados en términos de producción y de comercio. Sin embargo, estas economías históricamente menos robustas protagonizaron "una remontada", hasta tanto que "se convirtieron en el motor del crecimiento mundial", sostiene, no sin advertir que estos gobiernos empezaron a tener una política demasiado desequilibrada.4. La costumbre del riesgo y la irresponsabilidad
"Dada la importancia sistémica [de los bancos occidentales], muchos de ellos fueron rescatados y con apoyo institucional volvieron rápidamente a ser rentables", puntualiza. "Sin embargo, no estaban sujetos a impuestos sobre los beneficios extraordinarios y los políticos no han hecho lo suficiente como para alterar los incentivos estructurales que fomentan el excesivo riesgo", resalta el analista, mientras sostiene que en Europa tratan de introducir medidas para mantener a los banqueros lejos de los riesgos excesivos."El tiempo corre en contra de la economía", concluye El-Erian, afirmando que cuanto más tiempo nos encontremos en este entorno los efectos de la crisis de 2008 serán aún más devastadores.