Tras una serie de negociaciones, el banco aceptó elevar en 2.000 millones adicionales la suma inicialmente ofrecida. En esa subida insistía el fiscal general de EE.UU., Eric Holder, y el cumplimiento de ese requisito hizo posible el propio acuerdo.
Fuentes en el banco confesaron que la mayor dificultad durante las negociaciones con Holder fue la exoneración de una posible persecución penal por la participación del banco en lo que podría ser calificado como 'una estafa' por parte de las compañías del sector inmobiliario. El fiscal general se negó a prestar tales garantías y aseguró que la investigación continuará.
Según precisó el periódico 'The New York Times', el acuerdo estipula el pago de 9.000 millones de dólares en multas y 4.000 millones en forma de indemnizaciones directas a los titulares de los títulos que perdieron su valor en los primeros meses de la crisis de 2008.
En previsión de próximas pérdidas, JP Morgan recientemente incrementó en unos 9.200 millones de dólares sus reservas destinadas al arreglo de demandas legales. El banco declaró el martes pasado que sufre pérdidas financieras en cifras absolutas por primera vez en años y las atribuyó a los costos del compromiso con las autoridades.
Los analistas del sector financiero tienen previsto que el banco cierre el año fiscal con valores negativos en el montante de sus ingresos.