Quinientos años de construcción naval en Portsmouth fueron torpedeados en pocos minutos este miércoles, al anunciarse la eliminación de 1.775 puestos de trabajo en la división naval de la tercera empresa más importante del mundo en el sector armamentístico, un "día devastador para la industria de la construcción naval del Reino Unido".
El inminente fin de la construcción naval en los astilleros de Portsmouth ha sido percibido a nivel nacional como una amenaza a la seguridad del país.
La razón es muy simple: en el caso de una Escocia independiente, todos los grandes buques de superficie de la Royal Navy se construirán en el extranjero... por primera vez en la larga historia de lo que fue 'la Reina de los Mares'.
Gerald Vernon-Jackson, el líder del Consejo municipal de la ciudad de Portsmouth, dijo citado por el portal scotsman.com: "El resto de los astilleros con capacidad de construir buques de guerra avanzados están en Escocia, y el referéndum sobre la independencia está a menos de un año. Los ministros han puesto la defensa del Reino Unido y el futuro de la Marina en peligro real".
"Nunca en nuestra historia como nación insular hemos permitido que otros países construyan nuestros buques de guerra", añadió.
BAE asegura que se ha visto gravemente afectado por una reducción "significativa" de encargos después de un pico de actividad de la construcción de dos nuevas compañías gigantes de la Marina.
La construcción naval en Portsmouth se detendrá en la segunda mitad de 2014, pero el astillero dará servicio a buques, incluidas las fragatas de tipo 26 que se construirán en Glasgow.
Los recortes de empleo se harán realidad cuando finalicen los contratos de construcción de dos portaaviones clase Queen Elizabeth, a punto de concluir.