Así, el Government Pension Fund of Norway, que es el segundo fondo de pensiones más grande del mundo por activos y el mayor propietario de valores en Europa, dejó de comprar acciones. A partir del tercer semestre de este año el fondo noruego solo vende las que tiene y se espera que continúe con esta tendencia en un futuro previsible.
De momento, especifican los analistas, el 63,6% de sus activos son acciones. Pero los gestores del fondo declararon como punto de referencia el 60%.
Otros fondos estatales, tanto de pensiones como de bienestar nacional, seguirán en la misma dirección, pronostican los expertos de JP Morgan. Muchos de ellos invierten preferiblemente en cédulas de tesorería y otros en los metales de valor.
Mientras tanto, las cotizaciones de las acciones siguen siendo muy elevadas, lo que los analistas consideran como un fenómeno puramente especulativo. Los índices PER (precio/beneficio por acción) han sido exorbitantes a lo largo de este otoño, especialmente en el sector de las telecomunicaciones e Internet. Para LinkedIn ascendía a 746, para Tesla Motors equivalía a 267 y 120 para Facebook. En una reciente entrevista, concedida al canal Bloomberg, el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, admitió que el nivel de la cotización de su empresa es "mucho más alto de lo que podríamos desear".
Al mismo tiempo, el mercado de valores volvió a formar las llamadas burbujas. Las acciones que están en circulación y otras herramientas financieras asociadas con los activos reales están perdiendo toda relación con lo que pasa en el sector real de la economía. Mientras que la economía está parada o incluso en declive, las cotizaciones bursátiles se desplazan hacia arriba.
"Este teatro del absurdo está respaldado por la Reserva Federal de EE.UU. y su programa de flexibilización cuantitativa", comenta el experto del Fondo de la Cultura Estratégica ruso Valentín Katasónov, con referencia a la creciente oferta de dinero 'barato' que el director de la entidad, Ben Bernanke, considera como una herramienta de política monetaria.
La masa monetaria está creciendo y deja en los mercados una impresión de que predominan las tendencias económicas ascendentes. Las estadísticas oficiales computan las estimaciones nominales de la producción y los servicios prestados, que suben, mientras que en realidad las dimensiones materiales de la producción están decayendo. Y las burbujas son lo único que rellena la disparidad que queda en esta tendencia bidireccional en cada uno de los sectores, creen los analistas.