China, un paraíso del reciclaje, un infierno medioambiental

China acepta una gran parte de basura que el resto del mundo, en particular Estados Unidos, no puede o no quiere reciclar.
Buques de carga salen diariamente de China llenos de mercancías -electrónica, ropa, juguetes, electrodomésticos, zapatos- para venderlas en EE.UU. 

Después de descargar, esas mismas naves llevan chatarra y otros materiales al país asiático, que tiene un gran déficit en recursos metálicos.
Lo veo como una historia no contada de la globalización
"Lo veo como una historia no contada de la globalización", afirma Adam Minter, un periodista de Shanghái, citado por el portal The Atlantic.

En su libro 'Junkyard Planet' relata cómo China se convirtió en el centro del reciclaje mundial. 

Los buques de mercancías que atracan en el puerto sureño chino de Shenzhen traen contenedores llenos de chatarra, plástico y papel.

China convierte los desechos en bienes que necesita. Por ejemplo, el aluminio procedente de la chatarra de los automóviles se funde y exporta a los fabricantes de automóviles japoneses. El plástico puede convertirse en 'madera' plástica que se utiliza para la construcción de muebles de este material.

 

El impacto ambiental de los residuos que termina en los basureros de China tampoco pasa desapercibido para el escritor.

En su libro Minter describe la industria de reciclaje en la ciudad de Wen'an, en la provincia de Hebei, donde los empleados respiran el humo del plástico que se quema para el reciclaje, donde el río está obstruido por algas y residuos, e incluso un antiguo cementerio está cediendo ante la expansión del vertedero.

Wen'an en el pasado era famosa por sus melocotones y su suelo fértil. Hoy en día es un desierto.  

Aun así, sin las labores realizadas en los vertederos chinos, el problema podría ser aún peor. El país tendría más recursos minerales extraídos y más tierra deforestada, según Minter.

Resalta que la industria del reciclaje china es tan eficaz que una vez que llega nueva carga al basurero, ya no hay casi nada reciclable o reutilizable en los restos sobrantes del anterior envío.