Hace un año el mismo organismo judicial rechazó la medida tan defendida por el mandatario francés, y finalmente tras reformularla se introducirá a las compañías que pagaron grandes salarios a lo largo de este año y que lo hagan en 2014.
La aprobación de la medida supone un impuesto a las empresas del 50% sobre esos grandes salarios, que se suma al 25% de cargas sociales. La tasa, que recae así sobre la empresa y no sobre los asalariados, no podrá superar en ningún caso el 5% de la facturación de la compañía.
Con esa medida el Estado francés espera recaudar 260 millones de euros en 2014 y 160 millones de euros en 2015. Parte de esos ingresos provendrán de los clubes de fútbol, que se opusieron frontalmente a la iniciativa del Gobierno.
Anteriormente Hollande declaró que la introducción del denominado 'impuesto de los millonarios' se debe a la necesidad de reducir los costos de las empresas en un momento en que la economía se está contrayendo, el desempleo va en aumento y los trabajadores exigen detener los recortes salariales.
Además, el aumento de los impuestos debe mejorar el presupuesto de Francia, y como resultado se prevé una reducción en 2014 del déficit público hasta el 3,6% del PIB, frente al 4,1% del PIB en el año en curso. El aumento de impuestos para los ricos y los recortes de gastos deberían aportar al presupuesto unos 15.000 millones de euros.
Cabe recordar que el impuesto del 75% despertó controversias y polémica desde su anuncio entre algunas personas ricas del país. Entre ellas figura el célebre actor francés Gerard Depardieu que anunció su malestar con esa decisión de las autoridades y finalmente pidió la nacionalidad rusa. Ahora Depardieu es ciudadano de la ciudad de Saransk, en Rusia central.